Ayer y hoy

Pasado y presente de las pirámides de Giza

La meseta de Giza fue el lugar elegido por los faraones Keops, Kefrén y Micerinos para morar eternamente. Sus pirámides funerarias y la gran esfinge que vela por ellas llevan milenios deslumbrado a la humanidad.

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1860

Foto: Age Fotostock

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1860

Para los viajeros del siglo XIX Egipto era un país irresistible. Pintores y escritores del Romanticismo lo visitaban atraídos por el exotismo de su cultura y el avance de la egiptología –la Piedra Rosetta se había descubierto y comenzaban a descifrarse los jeroglíficos–. El principal destino en el país del Nilo eran las pirámides de Giza, especialmente la de Keops (siglo XXVI a.C.), la mayor de todas y la única superviviente de las Siete Maravillas del mundo antiguo. Por aquellos años las excavaciones no dejaban de revelar secretos, aunque las pirámides todavía guardaban tesoros y La Esfinge mantenía sus extremidades ocultas bajo la arena. Así lo inmortalizaron los famosos grabados de Jean-Léon Gérôme (1824-1904) y fotografías de color sepia de la época.

 

2017

Foto: Age Fotostock

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2022

En el tiempo transcurrido, en la necrópolis de Giza (20 km al sur de El Cairo) han visto la luz muchos otros tesoros, el más reciente el hallazgo el pasado año de más cámaras secretas en la pirámide de Keops. Ahora también sabemos que, esparcidos por la explanada, quedan vestigios de más templos, mastabas, tumbas, hipogeos y calzadas ceremoniales, mientras el Museo del Barco Solar exhibe la nave funeraria de Keops, descubierta desmontada en 1.224 piezas. La Esfinge, que originalmente tenía la cara y el cuerpo pintados de rojo y el tocado de la cabeza a franjas azules y amarillas, ya tiene desenterradas sus garras de león. Y su figura (57 m de largo y 21 m de alto) sirve de pantalla para un espectáculo de luz y sonido. El Museo Egipcio de El Cairo complementa la visita.