Pocos caminos son tan transitados al día como la Vía Dolorosa. Situada en el corazón de la Ciudad Vieja de Jerusalén, esta bulliciosa calle de edificios históricos, con puestos de comerciantes y tramos escalonados, es uno de los principales atractivos de los peregrinos, quienes buscan seguir los pasos de Jesús hasta el lugar donde fue crucificado. Un recorrido en el que se encuentran marcadas nueve de las 14 estaciones del viacrucis y que comienza en la puerta de los Leones, cerca de la antigua fortaleza Antonia.
Levantada por Herodes el Grande, en el Pretorio es donde Poncio Pilates interrogó a Jesús para, posteriormente, condenarlo a muerte. A pocos metros, en la iglesia franciscana de la Condena es donde el Mesías adquirió la cruz. Hoy, este lugar que cuenta con la recreación de algunos pasajes bíblicos como la liberación de Barrabás, está marcado como la segunda estación de viacrucis. Allí también se encuentra la capilla de la Flagelación, donde se cree que Jesucristo fue azotado antes de emprender el camino.
La tercera parada corresponde a donde Jesús se cayó por primera vez con la cruz. Un episodio que, según las fuentes bíblicas, se repite en otros dos tramos del trayecto y que están marcados para que los creyentes puedan seguir fielmente su historia. A pesar de las reformas que se realizaron en Vía Dolorosa, pavimentada en varias ocasiones, las autoridades han utilizado para ello las piedras originales que se encontraron bajo la superficie. Hoy, lo que más llama la atención del trayecto son la cantidad de lugares históricos por los que discurre, como la prisión de Cristo, donde estuvo preso; el lugar donde Simón tomó la cruz de Jesús para ayudarle; o donde una joven le limpió el sudor de su frente. Esta última corresponde a la sexta estación, donde en una pequeña capilla aún se conserva el paño que la mujer utilizó.
Los tramos más transitados de Vía Dolorosa son los que se van acercando al final del recorrido. Allí es donde comienzan a abundar los zocos, las escaleras y que se cruzan con los bulevares de restaurantes y hoteles. Antiguamente se cree que los límites de la ciudad estaban en la séptima estación, de ahí a que, según los Evangelios, el Santo Sepulcro sea el lugar original de la crucifixión, enterramiento y resurrección. Conocido también como el Gólgota, este lugar sagrado señala varias estaciones que corresponden al sepulcro de Jesús, el monte Calvario y el aljibe donde fue encontrada su cruz.
A pesar de los numerosos escalones de subida y bajada que los visitantes se encuentran por el camino, según las autoridades de Israel, la Vía Dolorosa se ha intentado conservar lo más fiel posible al trazado original. Los pasos de los peregrinos se posan sobre las huellas que Cristo fue dejando tras él en sus últimas horas de vida.