De luso

Los paisajes y monumentos Patrimonio de la Humanidad de Portugal

Sirva esta selección para reconocerle a nuestro vecino la singularidad de su cultura y su naturaleza.

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iStock-945918220. Casco Histórico de Angra do Heroismo

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Casco Histórico de Angra do Heroismo

Portugal comenzó a inscribir sus bienes en la sesión de 1983 y comenzó por aquellos lugares que más necesitaban este reconocimiento (y las consiguientes subvenciones). De este modo, la lejana capital de las Azores -que, por cierto, había sido semidestruida por un terremoto en 1980- aparecía en el mapa cultural del mundo. ¿Su peculiaridad? El haber sido desde el siglo XV hasta el XIX un puerto de avituallamiento en las grandes travesías por el Atlántico. Esto obligó a este enclave a fortificarse, a rendirle culto a Dios (ahí están las catedral del Santísimo Salvador o la iglesia de la Misericordia) y a gastar las ganancias en edificios barrocos repletos de encantos marineros.

iStock-1169330550. Convento de Cristo (Tomar)

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Convento de Cristo (Tomar)

Es, sin duda, el gran convento que los caballeros templarios (y sus herederos, la Orden de Dios) dejaron en tierras lusas. Su aspecto exterior no difiere en exceso de cualquier iglesia fortificada del centro del país. Sin embargo, es su interior lo que realmente conmociona ya que es toda una exhibición del poder de esta orden, sobre todo en el siglo XVI. Visitarlo es deambular por sus ¡seis claustros! que muestran la evolución estilística de este monumento. Y, sobre todo, llegar hasta su girola que es una reinterpretación de la que se puede encontrar en la basílica del Santo Sepulcro de Jersulaén y que, como no podía ser de otra forma, es todo un delirio de detalles, frescos y ostentación.

iStock-629788798. Monasterio de Batalha

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Monasterio de Batalha

Corría el año 1385 cuando los portugueses derrotaron a la corona de Castilla en la batalla de Aljubarrota. Una victoria que suponía la consolidación del país luso como monarquía independiente. Y claro, tan magno acontecimiento merecía la creación de un templo que sirviera para recordar dicho logro y, de paso, ejerciera de Panteón Real. El resultado es un conjunto religioso que es puro gótico florido, siendo las Tumbas Reales la cima de toda visita, aunque merece la pena posar las retinas en cada uno de los detalles de su fachada, su ábside y sus capillas.

iStock-1124556517. Monasterio de los Jerónimos y Torre de Belém

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Monasterio de los Jerónimos y Torre de Belém

No hay un conjunto en todo el país que represente mejor la prosperidad marinera y colonial de este país durante el inicio de la Edad Moderna. Por un lado, el cenobio donde velaban armas los grandes conquistadores. Por el otro, la fortaleza palaciega que defendía a la capital de aquel imperio. Pero, más allá de lo que simbolizan, ambos monumentos son un perfecto ejemplo del gótico manuelino, el estilo arquitectónico amanerado y poderoso que floreció en aquella Portugal del siglo XVI en la que tampoco se ponía el sol.

iStock-1040411130. Casco Histórico de Évora

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Casco Histórico de Évora

Por mucho que a la capital del Alentejo se la conozca por el templo romano de Diana y por sus azulejos, la realidad es que tiene mucha más chicha que una simple postal. De hecho, en el siglo XVI se convirtió en residencia Real y tuvo su propia universidad, la del Espíritu Santo, que fue de las más importantes de la Península. Un caldo de cultivo intelectual y económico -gracias, también, a sus famosos mercados-, que hizo que entre cinquecento y el siglo XVIII se desarrollara la ciudad y se llenara de palacios, mansiones y callejuelas que ejemplifican tanto el potencial arquitectónico del sur de Portugal como la influencia de las colonias de ultramar. 

iStock-941101050. Monasterio de Alcobaça

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Monasterio de Alcobaça

Si se mete en una coctelera la potente arquitectura de los monasterios cistercienses con la delicadeza y ostentación del estilo manuelino se obtiene algo parecido a este conjunto religioso. Y este es su gran mérito, el ser el producto de influencias francesas y portuguesas, y encima en gran formato. Porque, ante todo, este conjunto sorprende por sus dimensiones desde el principio, con una fachada casi catedralicia y o sus tumbas reales (fue Panteón Real durante el siglo XIII).

iStock-1168465315. Paisaje cultural de Sintra

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Paisaje cultural de Sintra

Sintra es lo que es gracias al espíritu romántico que transformó por completo este paraje montañoso durante el siglo xix. Todo comenzó cuando el Rey Fernando II transformó una vieja fortaleza en un castillo lleno de influencias exóticas y elementos de culturas lejanas. Una fusión de estilos que también aplicó en la vegetación que lo rodea, creando así el famosísimo Palacio Da Pena. Esta fantasiosa residencia contagió al resto de la localidad, convirtiéndose de este modo en una especie de fantasía arquitectónica y paisajística colectiva en la que cada edificio tiene una identidad y carisma propio. Y claro, la suma de tanta singularidad solo podría tener como consecuencia un conjunto único en el mundo... e irrepetible. 

iStock-1139109588. Casco Histórico de Oporto, puente de Luiz I y Monasterio de Serra do Pilar

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Casco Histórico de Oporto, puente de Luiz I y Monasterio de Serra do Pilar

A Oporto nadie le niega su belleza. Pero, tras la postal, esta urbe tiene muchas peculiaridades que la han hecho ser como es. Y, por lo tanto, ser única. En primer lugar, un enclave ideal para el comercio, que hizo que la ciudad se fuera estratificando entorno a la ribera del Duero, que naciera todo un barrio para vinificar su famoso vino, que su opulencia se transformara en monumentos indiscutibles como su catedral o la iglesia de los Clérigos y que sus muelles fueran inspiración para muchos intercambios culturales. Y, por supuesto, la geografía obligó a que se crearan obras de ingeniería como su famoso puente de hierro o el monasterio de la Serra do Pilar, sostenido sobre el acantilado de forma imponente y casi milagrosa.

iStock-533232053. Arte rupestre del valle del Coa y de Siega Verde

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Arte rupestre del valle del Coa y de Siega Verde

Justo donde el Duero y el Coa se unen aparecen una serie de obras de arte realizadas por el hombre durante el Paleolítico. Grabados y creaciones que demuestran la creatividad de la humanidad y atestiguan cómo era la vida hace miles de años. Por otro lado, su designación a finales de la década de los 90 coincide en un esfuerzo por parte de la UNESCO por preservar el arte prehistórico de todo el mundo.

iStock-1144983732. La laurisilva de Madeira

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La laurisilva de Madeira

El único bien natural del país vecino es de una singularidad indiscutible. No en vano, se trata de uno de los bosques más antiguos del planeta y de una variedad natural que solo se da en Azores, Madeira y Canarias -donde, por cierto, Garajonay está también reconocido por la UNESCO-. En el caso de esta isla, lo que destaca es la frondosidad y, sobre todo, el ecosistema que ha creado bajo su verde espesura, con una fauna única en la que destaca la paloma de Madeira.

iStock-469757688. Casco Histórico de Guimarães

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Casco Histórico de Guimarães

Si hubiera que elegir la ciudad más portuguesa de toda Portugal, la ganadora sería, sin duda, Guimarães. De hecho, se trata de la primera capital del estado y la urbe donde nació el espíritu nacionalista que empujó la creación del país. Este es su principal encanto, el hecho de haber mantenido ese orgullo e identidad a lo largo de los siglos.Y es que pasear por el viejo casco histórico es dar con el castillo de los duques que lo impulsaron todo y, también, encontrarse con iglesias y casonas que explican a la perfección el refinamiento luso durante la Edad Moderna.

iStock-518590432 (1). Región vinícola del Alto Douro

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Región vinícola del Alto Douro

Después de Saint-Emilion (Francia) y Wachau (Austria), el Alto Douro se convirtió en el tercer paisaje vinatero en ser protegido por la UNESCO allá por 2001. Razones no le faltaban, como el hecho de haber sido tierra de viñedos desde hace más de 2.000 años o la calidad de sus uvas, el ingrediente clave del famoso vino de Oporto. Pero aún ahí más, y es que esta herencia de siglos de vinificación también ha cambiado el paisaje, sobre todo con los famosos socalcos, las terrazas que, casi de forma milagrosa, sostienen a las cepas en las laderas más vertiginosas.

iStock-945920990 (1). Paisaje vinícola y cultural de la isla de Pico (Azores)

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Paisaje vinícola y cultural de la isla de Pico (Azores)

La UNESCO, tan fan de la viticultura heroica en los primeros años del nuevo milenio, decidió proteger los viñedos de esta peculiar isla por diferentes motivos. El primero, que se trata de casi un milagro, ya que aquí el viento es airoso y los suelos, volcánicos, dos factores que no ayudaron mucho a que la cepa agarrara. El segundo, el hecho de que la humanidad haya sabido luchar contra dichos elementos desde el siglo XV, dándole a este archipiélago un producto de calidad clave para los avituallamientos marineros de la Edad Moderna. Y por último, el paisaje que el ser humano ha construido a su alrededor, con paredes de piedras a modo de trincheras que protegen las vides, bodegas centenarias y hasta pintorescos molinos de viento.

iStock-1152504747. La ciudad defensiva y fronteriza de Elvas

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La ciudad defensiva y fronteriza de Elvas

Ubicada frente a Badajoz, pero al otro lado de A Raia, esta localidad jugó un papel fundamental en la defensa de la independizada Portugal allá por el siglo XVII (de 1580 a 1640 formó parte de la Monarquía Hispánica y, tras la sublevación liderada por el Duque de Braganza, estalló una guerra que no se apaciguaría hasta el tratado de Lisboa en 1658). Una época en la que se levantó todo un sistema de fortificaciones que hoy siguen resultando imponentes y que, pese al tratado Schengen, dejan bien claro a todo aquel que osa a entrar en estos territorios que Portugal tiene una frontera bastante férrea.

iStock-885545446. Universidad de Coímbra: Alta y Sofia

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Universidad de Coímbra: Alta y Sofia

La ciudad universitaria por excelencia de Portugal demuestra, con los edificios ubicados en las Facultades Alta y en la calle Sofia, que estudiar puede ser un placer para la vista. Y, sobre todo, que entre tanto monasterio, edificio defensivo y palacio también hay hueco para la educación. Un conjunto que comenzó su construcción en el siglo xvi (aunque también acoge la catedral del siglo xii) y que no solo es clave por su estética civil y luminosa, también por haber sido un baluarte del idioma portugués y por ser un polo cultural para un país que, hace medio milenio, andaba buscándose a sí mismo mientras conquistaba medio mundo.

iStock-148773530. Los Edificios Reales de Mafra

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Los Edificios Reales de Mafra

No todos los aires de grandeza monárquicos en Portugal se dieron durante el periodo manuelino. De hecho, lejos de este estilo, el rey Juan V levantó a inicios del siglo xviii un complejo formado por un palacio, una basílica, un convento, un jardín y un coto de caza inspirado por lo mejor del barroco italiano. Una solución muy elegante para desmarcarse de sus predecesores y demostrar todo el poder de su Imperio.

iStock-487678394. Santuario de Bom Jesus (Braga)

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Santuario de Bom Jesus (Braga)

El último bien portugués en ser inscrito es este santuario inspirado en los Sacri Monti italianos. Es decir, en los templos levantados en lo alto de una colina en cuya construcción las escaleras formaban parte de la experiencia religiosa, de la revelación del edificio, incluso como un sacrificio por devoción. Pese a ser un concepto importado, este conjunto religioso es singular por sus toques lusos y por dicha escalinata, dedicada a los cinco sentidos, donde fuentes, estatuas, y paredes muestran lo mejor del Barroco portugués.

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