El destino más deseado de la Costa Brava nunca le ha puesto fáciles las cosas al turismo, empezando por su ubicación. Para llegar a Cadaqués hay que atravesar una serpenteante carretera con más de 15 kilómetros de curvas y así, arrinconado entre montañas, este pequeño pueblo de pescadores que se resistió al turismo de masas sigue conservando un espíritu libre y bohemio que le ha hecho único. Y deseado.