Bocaccio, el gran humanista italiano del siglo xiv, la llamó «la más bella costa del mundo». Otras muchas personalidades, desde Richard Wagner a Greta Garbo, pasando por Truman Capote o Mick Jagger, también sucumbieron a sus encantos. Y aunque tiene cerca a duras competidoras como Nápoles, Sorrento o Capri, la Costa Amalfitana, con sus pueblos encaramados sobre las colinas, su rica gastronomía y sus balcones sobre el mar, posee un encanto que ha perdurado hasta hoy y que le valió la declaración de Patrimonio de la Humanidad.