La gastronomía siempre ha sido una de las mejores maneras de descubrir las influencias que se han mantenido tras el paso por un territorio de otros pueblos y culturas. En el caso de Malta, el archipiélago mediterráneo mezcla el legado de fenicios, romanos, árabes, sicilianos e incluso franceses y británicos. La cocina maltesa se caracteriza por los sabores intensos y especiados de sus platos, en los que los principales ingredientes son el pescado, las verduras, la carne, la pasta, el hojaldre, los dátiles y el aceite de oliva.