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La playa de las palomitas de Fuerteventura y otros arenales imprescindibles de la isla

Largos arenales, dunas doradas y aguas cristalinas caracterizan a esta isla canaria que aún mantiene muchos rincones salvajes.

Como dijo Miguel de Unamuno durante su destierro en esta isla, Fuerteventura es un pedazo del Sáhara despedido en mitad del Atlántico. En este trozo de tierra, la vida se abre paso entre paisajes desérticos, rocas, aloe veras, matorrales y arena, sobre todo, arena. Las playas se van sucediendo a lo largo de 150 kilómetros, ofreciendo un catálogo de contrastes: algunas de arena blanca, fina, casi pura; otras, en cambio, negras como el tizón, exóticas, orgullosas de su origen volcánico.

 

Estas playas atraen a todo tipo de viajeros, desde los turistas que buscan bañarse en aguas cristalinas en mitad del Atlántico hasta los amantes del deporte como los windsrufistas y kitesurfistas que aprovechan los vientos que soplan en esta parte de la costa canaria para domar las olas y brincar sobre ellas, y es que en Fuerteventura se encuentran algunas de las mejores playas de las islas Canarias.

 

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PLAYA DE Cofete

Situada en el sur de la isla, en la península de Jandía, es una de sus playas más atractivas, rodeada de montañas, de arena dorada y de difícil acceso. Su gran extensión, más de 12 kilómetros de longitud, la cercanía de la montaña, la más alta de la isla, y su fuerte oleaje, le confieren una imagen espectacular.

 

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Sotavento
Sotavento / Foto: iStock

PLAYA DE Sotavento

La penísula de Jandía, en el sur de Fuerteventura, alberga algunas de las playas más bellas de la isla como es la de Sotavento con fina arena dorada y aguas cristalinas. Con casi cinco kilómetros de longitud, se caracteriza por el lago que se forma entre la orilla y la barra de arena.

 

Playa de las Palomitas
Foto: Shutterstock

PLAYA DE LAS PALOMITAS (PLAYA DEL BAJO DE LA BURRA

Bautizada así por las redes sociales (mejor dicho, por los numerosos curiosos que acuden a este lugar para fotografiarse cogiendo sus peculiares piedras) esta playa orientada hacia el estrecho de la Bocaina sorprende por su yopografía baja con amplias áreas de rocas donde rompen las olas. En marea baja, aparecen charcos naturales que rivalizan con las playas convencionales.

El acceso a esta costa se realiza por caminos de tierra que evocan un pasado menos desarrollado. Desde localidades como Lajares o Corralejo, se llega a Majanicho, un tranquilo pueblo con aguas cristalinas. En sus alrededores, se acumulan materiales arrojados por el mar, como algas marinas que, cuando llegan a la orilla, crean un peculiar paisaje con su distintivo olor.

La Playa El Hierro se caracteriza por su arena formada por pequeñas algas calcáreas, conocidas como "rodolitos" o "palomitas de maíz". A diferencia de la arena dorada común, estos rodolitos son restos de algas que, cuando mueren, se acumulan en la playa. También se pueden encontrar fósiles en las piedras de la zona, lo que es inusual en las Islas Canarias. Además, en los fondos cercanos abundan las algas rojas conocidas como "confites" o "anises," que desempeñan un papel ecológico crucial.

El fenómeno más llamativo de esta playa es la acumulación de rodolitos, que tienen un lento crecimiento y se agrupan en la costa, creando un paisaje único de color blanco. Lamentablemente, la playa se ha vuelto viral en las redes sociales, lo que ha llevado a un aumento en la extracción de rodolitos como recuerdos, lo que representa una amenaza para el entorno frágil de la playa.

 

Barlovento
Barlovento / Foto: iStock

PLAYA DE Barlovento

Como reza su nombre, Fuerteventura es una isla de fuertes vientos, ideal para la práctica de deportes como el wind-surf. Esta playa recóndita, situada en la península de Jandía, ofrece silencio, belleza, arena blanca y finísima y unas condiciones inmejorables para los surfistas.

Corralejo
Corralejo / Foto: iStock

PLAYA DE Corralejo

El norte atesora un puñado de playas y calas que se agrupan bajo el nombre de Corralejo. Alrededor del municipio de La Oliva, se alternan grandes dunas con pequeñas playas de aguas transparentes. Enfrente emerge isla de Lobos, a donde se llega en un corto viaje en barca que, en realidad, transporta al paraíso.

 

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Garcey
Garcey / Foto: iStock

PLAYA DE Garcey

Situada en la costa oeste de la isla, en el municipio de Pájara, su entorno es prácticamente virgen y está considerada como una de las más bellas de Fuerteventura. Tiene una longitud de unos 500 metros, es de arena blanca mezclada con arena negra y piedras y goza de un fuerte oleaje a causa del viento que suele soplar fuerte en esta parte de la isla. 

El Cotillo
Playa de los Charcos / Foto: iStock

Playa de los charcos

Los hay que prefieren la piscina antes que la playa y viceversa. No obstante, a pocos kilómetros de El Cotillo, la Playa de los Charcos seduce a unos y a otros gracias a las formaciones naturales de roca que crean un paisaje de arena blanca y pequeñas lagunas a modo de piscinas, rompiendo la bravura del océano. 

Esquinzo
Esquinzo / Foto: iStock

PLAYA DE Esquinzo

Tras el cauce de un barranco aparece la playa de Esquinzo, situada en la costa norte, cerca de Cotillo. Se trata de un arenal virgen donde sentir la soledad en estado puro. La negrura de los acantilado que encierran la playa combina con el dorado de la orilla, ensalzando aún más los colores del terreno. 

Playa de la Concha
Playa de la Concha / Foto: Shutterstock

Playa de la Concha (Isla de Lobos)

Allá por el Pleistoceno, ríos de lava comenzaron a ascender desde las cavidades interiores del oceáno y formaron lo que hoy conocemos como islote de lobos, denominado así por la presencia en varios momentos de la historia de lobos marinos. Un terreno árido que cuenta con paisajes espectaculares y playas de ensueño.