Bronceado portugués

Playas de Alentejo para bañarse en la otra Portugal

Esta región atlántica alberga algunas de las playas más fabulosas y salvajes del país vecino.

Playas de Alentejo para bañarse en la otra Portugal

Al sur de Lisboa se extiende una región que tiene de todo, pero sobre todo, unas playas largas para disfrutar del Atlántico cuando más apetece: bajo el sol del verano y con la brisa oceánica refrescando el ambiente.

Los pueblos que se asientan a lo largo de esta costa son el otro aliciente de una ruta que vaya de una playa a otra. Gastronomía marinera y también de interior se alían con la combinación de arena dorada, olas y calma que respiran las playas del Alentejo. Su conservación debe mucho a la poca presión urbanística y al Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina, que protege un ecosistema de gran valor y belleza.

 

 

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iStock-1312464265. Alteirinhos

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Alteirinhos (Zambujeira do Mar)

Al sur de Zambujeira do Mar se suceden varias playas muy atractivas. Encajadas entre acantilados, con rocas que durante la bajamar muestran formas curiosas, tienen pocos servicios y su acceso suele ser por un camino, pasarela o escaleras empinadas. La de Alteirinhos se halla en pleno Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina, en el concejo de Odemira. De arena fina y dorada, unos acantilados la protegen del viento. Está clasificada como playa naturista. 

iStock-538336178. Porto Covo (Sines)

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Playas de Porto Covo

Este pueblo de pescadores, con sus casas encaladas que contrastan con el azul intenso del océano, es uno de los destinos de playa más bonitos del Alentejo, además de la puerta norte al Parque Natural del Sudoeste Alentejano y Costa Vicentina. La Praia Grande, la pequeña y recogida Praia dos Buizinhos y la del islote de Pessegueiro son sus arenales más famosos.

iStock-1292624946. Ilha do Pessegueiro

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Ilha do Pessegueiro

Los restos de una fortaleza de 1590 dibujan el perfil del islote que da nombre a esta playa situada a solo 11 km de Porto Covo. Romanos y cartagineses usaron este rincón de la costa del Alentejo como refugio seguro para sus barcas de pesca y en las isla instalaron una factoría de salazón de pescado. El nombre Pessegueiro significa "melocotonero", pero los historiadores ven más probable que provenga de "piscifactoría".

Es una playa de aspecto salvaje pero que cuenta con muchos servicios: bar y restaurante, alquiler de tablas de windsurf y canoas, duchas y zona de aparcamiento. En verano se organizan salidas en barca hasta el islote. 

iStock-1262378533. Playa de Samoqueira

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Playa de Samoqueira (Porto Covo)

La playa de Samoqueira se localiza al norte de la aldea de Porto Covo, un pequeño núcleo pescador de casas blancas. Samoqueira sorprende con un aspecto salvaje que no se corresponde al fácil acceso que presenta. Una vez en el arenal, si se anda junto al mar se distinguen grutas horadadas entre las paredes de roca, piscinas que se forman con la bajamar e incluso una cascada.

iStock-1188376931. Vila Nova de Milflores

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Playas de Vila Nova de Milfontes

Vila Nova de Milfontes es una etapa imprescindible en la ruta por la costa alentejana... en cualquier época del año. De casas blancas con detalles azules, grises o amarillos, esta villa se alza en la desembocadura del río Mira y cuenta con playas que combinan la calma fluvial y el carácter oceánico. Por su estratégica localización, fue habitada por fenicios, romanos y cartagineses, codiciada por piratas y defendida por los portugueses desde una fortaleza que puede visitarse hoy. 

La Praia das Furnas y la de Franquia, mas fluviales que marinas, son las más populares entre las familias con niños por sus aguas calmadas. También son perfectas para disfrutar del paddle surf y el kayak. Muy distinta es la Praia do Malhão, un arenal con dunas y matorrales entre acantilados.

 

iStock-177373384. Almograve

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Almograve

Una larga playa se extiende a escasos 500 m de la localidad de Almograve. Lo mejor tras aparcar el vehículo es contemplar la vista desde cualquiera de los miradores que se asoman desde lo alto: una larga línea de arena dorada, con rocas medio sumergidas, rincones de aguas calmas y olas que rompen en las zonas más abiertas. Por su longitud, los locales la dividen en Norte y Sur, con accesos distintos. Con la marea baja, se forman piscinas naturales perfectas para disfrutar de un baño tranquilo y contemplar cómo los surfistas cabalgan las olas. 

iStock-1364043656. Playa de Espingardeiro

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Playas de Espingardeiro y del Salto

La playa de Espingardeiro y del Salto (clasificada como nudista) son dos pequeños arenales al norte de Porto Covo que atraen a los bañistas que buscan soledad. Se accede por escaleras y pasarelas de madera, carecen de servicios, sus aguas parecen de cristal por lo transparentes que son y suelen estar protegidas del viento.

iStock-813343872. Playa de Melides

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Playa de Melides

Si se busca una playa solitaria, la de Melides es una de las mejores. Tiene dos caras: una feroz, atlántica, y otra tranquila, asomada a una laguna que parece sacada de un mar tropical. En la primera se reúnen surfistas, en la segunda, familias.

Se localiza en el concejo de Grândola y se accede por una carretera de 4 km flanqueada por pinares y arrozales que conecta con la aldea de Melides, típica población de casas blancas.