Hace mucho que el sur de Portugal ocupa las principales páginas turísticas de los medios: pueblos costeros, artesanías, acantilados espectaculares, hotelazos, gastronomía innovadora, chiringuitos desde los que ver las puestas de sol, arquitectura autóctona apasionante… los planes se acumulan y casi ocultan lo mejor: las playas. El problema (bendito problema) es que más de un centenar de arenales salpican la costa como si fueran una galaxia playera y es fácil perderse entre tanto, por eso, conviene no olvidarse de las mejores playas del Algarve.