El mar Cantábrico viste las playas del País Vasco con un aire de magnificencia hasta tal punto que uno se siente insignificante. Las olas chocan contra acantilados cubiertos del verde norteño y la bruma marina se expande por los arenales dejando a la vista algunas de las mejores playas de España. En cambio, en verano, el sol deshace todo lo anterior, los escarpados paredones parecen hacerse más humanos, más pequeños, las playas se llenan de bañistas y las aguas de surferos esperando domar olas salvajes.
El mar se vive en cada rincón de este enclave del norte de España. Se siente en cada puerto donde amarran los barcos cansados después de una dura jornada faenando, se siente en la forma de ser de los que habitan estas tierras, pero sobre todo, se hace palpable en sus platos que configuran una de las mejores gastronomías del mundo, hogar de chefs tan reputados como Martín Berasategui, Juan Mari o Elena Arzak.