Rozando la frontera con Portugal, se encuentra un pueblo salmantino con título de ciudad que tiene mucho que contar. Es uno de los grandes olvidados de Castilla -cómo si de Castilla alguien se acordara-, pero Ciudad Rodrigo se lleva la palma. Ironía es que su situación estratégica de antaño le valiera numerosas batallas por su conquista, mientras a día de hoy es tal vez uno de esos destinos turísticos que pasan injustamente desapercibidos. ¡Craso error! Que su catedral carezca de retablo, que presuma de un pasado aristocrático envidiable y que cuente con 82 grabados de Goya ya deberían ser motivos suficientes para visitarlo, pero todavía hay más. Mucho más.