el germen de la fiesta
O más bien, el insecto. Antes de que la filoxera llegase al Alt Penedès, esta población vivía su momento dorado. Con 1.345 hectáreas de vid, el pueblo se dedicaba mayormente a la agricultura y, concretamente, al cultivo de uva y a la elaboración de vino. Sant Sadurní d’Anoia no paraba de crecer. Durante la última década, la llegada del ferrocarril, la creación de carreteras, obra pública y fondas, además de eventos y agrupaciones políticas ponía de relieve su gran importancia.
Medio milímetro, cuatro alas, seis patas, cuerpo amarillo y dorado, reproducción salvaje y mucha, mucha hambre. Esta es la descripción del culpable de una plaga que entró a Cataluña por primera vez cerca de Garriguella, a finales de los años 70. La Phyloxera – que en griego significa secahojas – vastatrix atacaba la cepa desde la raíz, acabando así no con la cosecha de un año, sino con plantaciones completas.
En un contexto en el que Codorniu había comenzado a elaborar cava y todo iba a pedir de boca, la plaga que ya asolaba Francia llegó para acabar con el pilar fundamental de quienes vivían del sector vitivinícola. Finalmente, en 1893, se dio por perdida toda la vid del Penedès. “Los secos y oscuros troncos de las cepas repartidos sobre grandes extensiones que parecen cruces de un cementerio […] es un cuadro aterrador”, escribió Manuel Raventós, dueño de Codorniu.

Viñedos en Espiells, Sant Sadurní d'Anoia | Foto: Juvé & Camps
Él y otros grandes propietarios locales, como Marc Mir, –conocidos como los Siete Sabios de Grecia, de forma irónica, por sus frecuentes cónclaves– se valieron de contactos, publicaciones y diversos viajes para encontrar la solución: arrancar todas las cepas enfermas y replantar la viña con otras americanas, inmunes al insecto, usando la técnica del injerto para no perder las variedades locales. De este modo, a partir del 1900, Sant Sadurní volvía a llenar los capazos de uvas, las botas de vino y las botellas de cava.
LA FIESTA DE LA FILOXERA
En Sant Sadurní se sabe que ha empezado septiembre por la marea amarilla que puebla balcones y camisetas. Este mes, marcado por la uva, la vendimia y el vino, fue el elegido para cobijar una fiesta que nació en 1981 no solo para dar a conocer uno de los acontecimientos más emblemáticos de la localidad, sino también para otorgarle su primer elemento de fuego en una de las comarcas con más arraigo de estos: una filoxera de siete metros de largo y 400 kg de peso cuyas seis patas son las piernas de sus tres porteadores.

Associació Festa de la Fil·loxera
Con los años, se fueron incorporando nuevas figuras que formaron parte de aquel capítulo de Sant Sadurní: los Siete Sabios de Grecia, los campesinos, las cepas y las pequeñas filoxeras. Además, desde hace más de 30 años los más pequeños tienen su propia fiesta. Las cifras son significativas: más de 500 participantes, un centenar de músicos y más de 200 kg de pólvora se unen en una fiesta que escenifica lo que sucedió paso a paso.
7 de septiembre. 22:15h. Cae la noche en Sant Sadurní. Un murmullo prevé que algo está por suceder: la filoxera ha llegado al pueblo para acabar con la viña. 30 insectos comienzan a sacar fuego de sus antenas mientras bailan al ritmo de los tambores e invaden las calles de la localidad para, finalmente, encontrarse en la plaza de l’Era d’en Guineu. Sant Sadurní ya está infectada.

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8 de septiembre. 21.55h. En lo alto de la calle Raval, todos los elementos esperan para desfilar en orden hasta la plaza de la Iglesia, donde representarán su papel en la historia, que se explicará brevemente antes con una lectura, acompañada de recomendaciones para disfrutar de la fiesta con seguridad.

Los primeros en llegar son los campesinos. Doce cabezudos, cuyos rostros se hicieron a la imagen y semejanza de una docena de payeses que vivieron en la localidad durante el episodio de la filoxera, danzan al son de una animada música sin saber lo que les espera.

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De repente, las luces de la plaza se apagan y entra el elemento principal: la gran filoxera, seguida de sus 30 pequeños vástagos, que con su danza de fuego y luz hacen huir a los campesinos, aterrorizados. Es entonces cuando entran en escena 14 cepas con sus tres ramas prendidas con petardos rojos que indican que la planta está enferma y ya nada puede hacerse por ella.

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Los campesinos vuelven a aparecer, esta vez con una danza diferente, que evidencia su preocupación y su intento por dar con una solución, pero finalmente, la danza se disuelve sin saber cómo combatir a la filoxera.
Es entonces cuando siete gigantes se presentan solemnemente frente a la iglesia. Los Siete Sabios de Grecia, grandes propietarios de viña, bailan al son de la música mientras debaten una salida a la situación. Como los campesinos, acaban marchando sin tener ninguna.

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Aprovechando el desconcierto y la falta de ideas de los vecinos y autoridades, la filoxera grande y sus compañeras vuelven a hacerse con el pueblo con la pirotecnia y la música como protagonistas, regodeándose en su triunfo. Pero no todo está perdido. De nuevo, los Siete Sabios de Grecia entran con emoción para anunciar la buena nueva: la solución pasa por plantar cepas americanas.
Tras este anuncio, las cepas vuelven a escena, esta vez con fuego de color verde, para indicar que la enfermedad ha desaparecido y que el pueblo puede respirar tranquilo. Para celebrarlo, 150 botellas de cava se abren al unísono hacia el cielo de la plaza para rociarlo sobre los asistentes, que bailan y cantan en el centro de la plaza al son de la orquesta.

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OTRAS ACTIVIDADES
Fiesta de la Filoxera Infantil
El 8 de septiembre al mediodía se celebra la Filoxera infantil, que hace un recorrido desde la plaza de la iglesia hasta la plaza del ayuntamiento en el que el fuego también se deja ver, pero con pequeñas bengalas y petardos. La filoxera infantil, de tres metros de largo, va acompañada de 14 filoxeras pequeñas, diez cepas, diez larvas y dos sabios infantiles, todos estos elementos diferenciados de la fiesta general, y en cuya creación participan los más pequeños durante el año.
Aun así, dos de los gigantes que representan a los propietarios también participan para completar los siete. Los campesinos, por su parte, no son cabezudos, sino niños disfrazados como tales. La escenificación funciona con el mismo patrón que su hermana mayor, y es una oportunidad para que los menores, que no pueden manipular pirotecnia, se sientan parte de la celebración.

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Plantada
Tanto la Fiesta de la Filoxera Infantil como la Fiesta de la Filoxera realizan una plantada de los elementos, a las 11 h y a las 18:30h, respectivamente. En ella se puede ir entrando en el ambiente de la fiesta posterior y conocer de cerca los símbolos festivos. Descubrir que los Siete Sabios de Grecia se hicieron uno por año, que los niños toman parte en la creación de algunos elementos infantiles, o entender por qué las cepas llevan un acompañante a su lado son solo algunos de los secretos por desvelar.