Se han cumplido 20 años desde que el 1 de julio de 1997 el Reino Unido devolvió a China los llamados Nuevos Territorios, que había alquilado por 99 años, y la isla de Hong Kong y la península de Kowloon con sus islas adyacentes, perdidas a perpetuidad por la dinastía Qing tras sendas derrotas en las dos guerras del opio, entre 1839 y 1860.
Antes de que cayera el telón británico, muchos vaticinaron la asfixia de la antigua colonia bajo el dominio comunista. Miles de empresarios e intelectuales se fueron a otros países, pero la mayoría de los hongkoneses no se arredraron y no solo han mantenido el carácter materialista y alegre del lugar, sino que han conseguido embellecer y potenciar aún más a Hong Kong, aunque ahora su denominación como Región Administrativa Especial (RAE) de China sea más aburrida.