Guadalajara tiene en su cercanía a Madrid su cara y su cruz. Por un lado, ha hecho que sus poblaciones se vacíen en busca de la prosperidad de la gran ciudad. Por el otro, la han mantenido como ese pequeño paraíso para las escapadas de varios días. Pero a esa peculiaridad geográfica, Guadalajara le añade una variedad de pueblos bonitos que confirman que se trata de una de las provincias más variadas y bellas de toda España. Y es que en su inventario rural hay desde joyas patrimoniales hasta monumentos entre campos de lavanda así como poblaciones amuralladas donde el tiempo late más lento, perfectos para una excursión.