Ubicada entre los picos de Guadarrama y Somosierra y las llanuras del Duero, esta provincia es una preciosa introducción al ruralismo castellano, con sus encantos de piedra, sus iglesias monumentales, sus castillos tranquilizados y su naturaleza caprichosa. Un territorio lleno de pueblitos que, como estos, resisten al olvido gracias a rincones mágicos y a ideas sorprendentes.
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