David Llobet
Pasear entre verdes paisajes y respirar el aroma de la naturaleza es una de las sensaciones más agradecidas cuando uno se encuentra en un entorno urbano. Y es que muchas veces el cemento no casa bien con los espacios verdes. Sin embargo, hay poblaciones que desde hace años se esfuerzan por mejorar y potenciar el uso de parques y jardines para hacer de sus pueblos un lugar más sostenible y habitable. Esto es lo que valora Viles Florides, una iniciativa que quiere premiar a los municipios de Cataluña que destacan por una actuación real, consciente y de larga duración en materia de ajardinamiento y mejora de la calidad de vida de sus habitantes.
Cada año se entregan las flores de honor, el distintivo que certifica a estos pueblos como Viles Florides. Actualmente, hay 120 municipios con esta distinción pero solo doce han conseguido cuatro flores de honor en 2018, el máximo reconocimiento concedido hasta el momento. Estas son las poblaciones catalanas cuyos proyectos para fomentar una cultura del verde urbano se han convertido en un ejemplo a seguir. El próximo año competirán por ser las primeras en conseguir cinco flores de honor, la distinción más alta. Son, en definitiva, los pueblos más verdes de Cataluña.