Mucho más que los peces en el río

Pueblos que se toman muy en serio la Navidad

Porque hay localidades en nuestra geografía donde estas fiestas son algo más que villancicos y polvorones.

Semanas antes de Nochebuena ya empiezan los preparativos con luces, decoraciones, ferias y tradiciones que inundan las localidades españolas. En todas hay un lugar para el belén que, año tras año, suscita la expectación de los locales y visitantes y, ya el día 24 de diciembre, en algunos pueblos se celebran tradiciones centenarias. La magia continúa hasta el día de Reyes, que con las impresionantes cabalgatas y los sueños de los niños dan por concluidas las fiestas navideñas. 

 

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Buitrago, Madrid

Foto: Belén viviente Buitrago

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Buitrago del Lozoya, Madrid

El niño Jesús, la Virgen María y San José se cuelan en prácticamente todos los pueblos y ciudades españolas, en las que los belenes suscitan expectación año tras año. Saber cuál será la novedad, ir a visitarlos en familia y descubrir nuevos personajes se convierte en todo un reto para los más fieles a las citas navideñas. Sin embargo, en algunas localidades esta tradición es algo más: una actividad para todos, en los que la población local se hace partícipe y numerosos turistas se acercan para curiosear. Ejemplo de ello es el belén de Buitrago del Lozoya, que ya en su primera edición de 1988 atrajo a 4000 visitantes que quisieron contemplar las 11 escenas representadas por 80 actores. 31 años más tarde y ya declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, el Belén representa en la actualidad 41 escenas bíblicas repartidas a lo largo de un recorrido de 1.300 metros en las que participan más de 200 actores.

 

Lluc, Mallorca

Foto: WikiCommons

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Lluc, Mallorca

Una de las tradiciones más excepcionales que perduran en España es el Cant de la Sibil·la, un drama paralitúrgico que hasta el siglo XVI se escenificaba la noche de Navidad en distintas catedrales de la Península, sobre todo en la Antigua Corona de Aragón, pero que tras el Concilio de Trento su interpretación desapareció y solo se mantuvo en Mallorca y Alguer. Este canto tradicional medieval de melodía gregoriana, que profetiza la llegada del Redentor y del Juicio Final, llegó a Mallorca de la mano de Jaime I ‘El Conquistador’ para acabar convirtiéndose en la tradición más antigua y característica de la isla. Este canto, que inicialmente se hacía en latín, emociona a los asistentes cada Nochebuena en prácticamente todos los pueblos mallorquines. Sin embargo, han alcanzado mayor popularidad en las Matines, la Misa del Gallo del Santuario de Lluc y de la Catedral de Palma.

 

Báscara, Girona

Foto: Báscara pessebre vivent

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Báscara, Girona

En esta localidad catalana se celebra uno de los pesebres vivientes con más historia de la península. De hecho, es en este en el que se inspiró el belén de Buitrago del Lozoya. ¿Por qué? Por su historia y por su envergadura. Hay que remontarse a la Navidad del año 1973 para comprender la singularidad de esta tradición, cuando un grupo de adolescentes decidió salir a la calle para representar escenas bíblicas. Y lo hicieron ante la negativa de sus familias y del resto de la población. Sin embargo, este sueño de juventud acabó siendo un éxito y se convirtió en la primera edición de una tradición que fue y sigue siendo todo un referente. Cada año, alrededor de 300 vecinos salen a la calle para dar vida al pesebre del pueblo y numerosos visitantes se acercan para curiosear y empaparse del ambiente navideño. 

 

 

Lesaca, Pamplona

Foto: Flickr

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Lesaca, Pamplona

En Navarra y el País Vasco, el día 24 de diciembre llega un señor por la chimenea de las casas para traer regalos, pero no es Papá Noel, es el Olentzero. Se considera que este personaje es un símbolo del solsticio de invierno y que, a caballo entre la mitología y la tradición, se ha convertido en el protagonista de las costumbres navideñas. En el pueblo de Lesaca, este día se vive de una forma muy especial. Por la mañana se celebra un concurso de Olentzeros de diferentes categorías en el que los participantes deben cantar mientras portan al muñeco creado por ellos mismos. Por la tarde el Olentzero ganador sale en kalejira, pasacalles, por las calles del pueblo.

Laguardia

Foto: Belén de Laguardia

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Laguardia, Álava

En Laguardia la Navidad toma un aire barroco, y el responsable es, sin duda, el belén. Aquí el niño Jesús, María y José no son de carne y hueso, tampoco son figuras de pesebre, son piezas únicas que conforman una escenografía que bebe de la Edad Media y que conforman un gran belén articulado en movimiento. De hecho, estos actos teatrales son vestigios de antiguas costumbres celebradas incluso antes que los belenes, como los autos sacramentales que se hacían en el interior de las Iglesias. En estos se representaban escenas de la vida de Jesús con carácter educativo. Dado el contenido profano que fueron adoptando algunas de estas representaciones, la iglesia los prohibió, pero los lugareños siguieron representándolo. Eso sí, sustituyeron los actores por figuras. Así, esta tradición alavesa es el fruto de lo que fueron aquellas representaciones resultantes de las prohibiciones. Con alrededor de 1500 habitantes, el pueblo se llena de unas 70 piezas, figuras de cartón piedra y siluetas de tabla recortada.

Teguise, Lanzarote

Foto: iStock

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Teguise, Lanzarote

La Misa del Gallo también es la protagonista de las celebraciones navideñas de esta localidad canaria, y lo hace con una antiquísima tradición: los Ranchos de Pascua, que llegaron tras la Conquista y que en Lanzarote conservan algunos de sus ejemplos más emblemáticos. Concretamente en Teguise, donde a finales del siglo XVI se estableció la Cofradía de Ánimas, que impulsó el Rancho de Ánimas para recaudar fondos. El Rancho iniciaba su salida el día de Santa Lucía, el 13 de diciembre, y continuaba hasta la fiesta de la Candelaria, el 2 de febrero. Del 16 al 24 de diciembre tenían lugar en Teguise las Misas de Luz, en las que el Rancho cambiaba sus cantos de Ánimas por los propios de Pascuas, como se llaman actualmente. El Rancho de Teguise lleva varios siglos participando en la noche del 24 de diciembre, fecha en la que acuden a la Villa miles de personas para gozar de esta rica manifestación religioso-musical.

Jijona, Alicante

Foto: iStock

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Jijona, Alicante

Las sobremesas de las comidas navideñas se llenan de turrón para endulzar las tardes más festivas del año. Pero hay un lugar en el que este postre tradicional cobra especial importancia. Y no podía ser otro que Jijona, donde la Navidad empieza entre los días 5 y 8 de diciembre con la Feria del Turrón. De hecho, son muchas las personas que ya empiezan a hacerse con turrones los días previos a las fiestas navideñas y, en esta localidad alicantina, se convierte en toda una fiesta. Talleres, conciertos, exposiciones, degustaciones de turrón, entre otras actividades, conforman la feria que da el pistoletazo de salida a la Navidad.

Santillana del Mar, Cantabria

Foto: Santillana del Mar

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Santillana del Mar, Cantabria

También Melchor, Gaspar y Baltasar recorren las ciudades y los pueblos para traer la magia de estas fiestas a todos los rincones. Año tras año las familias se acercan para saludar a los tres reyes magos y recoger todos los caramelos posibles. También para buscar entre todos los regalos los nombres respectivos. La música, la escenografía y los bailes se convierten en todo un espectáculo. Y, en localidades como Santillana del Mar, este día es todavía más especial. Con más de 60 años a sus espaldas, el 5 de enero de 2020 esta localidad cantabra celebrará la reconocida Cabalgata de Reyes, que desde 2009 es Fiesta de Interés Turístico Nacional.

Puente Genil, Córdoba

FOTO: AYUNTAMIENTO PUENTE GENIL

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Puente Genil, Córdoba

Adelantarse a la Navidad es parte del ritual y de la identidad de cada localidad para empezar a ambientar las calles de aires festivos. Y, Puente Genil lo hace con una de las iluminaciones más espectaculares de España. Este año, Ximénez Group ha instalado más de un millón de puntos de luz en su tierra natal para convertir la calle de Matanalla en un cielo estelar y la Cuesta del Molino en un paseo de deseos repleto de estrellas fugaces. Además, esta localidad cordobesa se convierte en una parada indispensable para quienes quieren visitar Andalucía por estas fechas, cuando en Granada se planta el árbol de Navidad más grande de Europa y en Málaga tiene lugar la tradicional ruta de los belenes.