Sí, en Colombia hay de todo: el Océano Pacífico, el mar Caribe, los Andes Americanos, el Amazonas, la cultura precolombina, etc... y también ciudades. Porque, por mucho que sus urbes no sean su mejor baza, hay ejemplos como Medellín con ese je ne sais quoi que atrapa al viajero. Más allá de ser la puerta de entrada del eje cafetero, la capital antioqueña es dinámica, artística, acogedora… Una metrópolis que se ha reinventado a sí misma con el fin de tachar su pasado oscuro, el del narcoterrorismo.