Vancouver es una ciudad cosmopolita en la costa oeste de Canadá, que goza de una situación privilegiada entre el Pacífico y las Montañas Rocosas. Es un destino para disfrutarlo en cualquier época del año incluso para aquellos frioleros que temen el invierno canadiense. De hecho, a Vancouver la llaman el "Caribe” de Canadá por sus temperaturas suaves. Muchos viajeros visitan esta urbe como lugar de paso ya que es la puerta de entrada de los parques nacionales de las Rocosas así como el punto de partida de cruceros hacia Alaska. Pero Vancouver es un destino en sí mismo con montones de cosas que hacer. En definitiva, una ciudad que combina su modernidad con el arte nativo de los indios del noroeste de América a través de sus tótems y murales, algo que muestra con orgullo y que la convierte en una urbe acogedora, tolerante y sensible con la naturaleza. Y estos son, de menos a más, sus imprescindibles.