Nuestro BAe146, un avión preparado para vuelos antárticos y pistas cortas, despega de Punta Arenas (Chile) rumbo a la isla Rey Jorge, en las Shetland del Sur, la puerta de la Antártida desde América. Para mí no es un viaje más. Voy a regresar al séptimo continente medio siglo después de haber pisado el Polo Sur. En 1969 tuve la suerte de ser seleccionado como periodista europeo por la Fundación Nacional de Ciencias de los Estados Unidos para cubrir la Operación Deep Freeze de aquel año, una misión de apoyo logístico de las bases norteamericanas Macmurdo, Byrd y Amundsen-Scott, esta última ubicada junto al Polo Sur geográfico.