El barrio antiguo de Rothenburg ob der Tauber pervive inalterable al paso de los siglos. La ciudad bávara es una de las etapas esenciales de la «Ruta Romántica» , el itinerario que recorre los enclaves más bellos del sur del país. 1880 Rothenburg dejó de ser en el siglo XIX una ciudad imperial libre para formar parte de la región de Baviera . Empezó entonces a ser frecuentada por viajeros y artistas románticos que la visitaban para inmortalizar en pinturas y poemas sus más bellos rincones. Uno muy admirado era la Casa Plönlein, erigida en una bifurcación y enmarcada por las torres Kobolzell y Sieber , ambas del siglo XII, de cuando Conrad III trasladó aquí su corte imperial. De esa época es el Altstadt , el barrio antiguo con calles adoquinadas y casas con entramados de madera, cuya belleza solo sucumbió durante la Segunda Guerra Mundial : el 40% de la ciudad fue destruida, aunque por fortuna se pactó no bombardear el casco histórico. 2022 La esquina de la Casa Plönlein sigue siendo el lugar de Rothenburg más retratado, aunque sea por cámaras fotográficas. El buen estado del Altstadt, peatonal y con casas medievales que hoy cobijan mesones, cervecerías y hasta una farmacia centenaria , hace fácil imaginar cómo se vivía en el pasado. A este viaje en el tiempo ayudan también las visitas teatralizadas y las fiestas con personajes ataviados de época que se realizan de junio a septiembre: el Trago Magistral , representación de una leyenda de 1631; el Rothenburg Imperial ; y el Weindorf , cuando los vendimiadores presentan los vinos jóvenes de la zona. En la visita no puede faltar un paseo sobre las murallas, contemplando las vistas al valle del río Tauber .