
Las cumbres más espectaculares y agrestes de Canadá se visten de blanco para hacer realidad uno de los sueños de los amantes de la naturaleza y los deportes de nieve: los parques nacionales de Jasper, Banff y Yoho, en el corazón de la Montañas Rocosas, la gran cordillera norteamericana. El aeropuerto de Vancouver es la principal puerta de entrada a esta parte del país y el punto de inicio de la carretera Trans-Canada Highway, que cruza las Rocosas transversalmente. Para alcanzar primero el parque de Jasper conviene desviarse en la población de Kamloops, a cuatro horas de Vancouver, y seguir otras cinco horas hacia el norte por la Highway 5.
Jasper aparece en el centro de un valle y rodeado de meandros. Con solo 4.000 habitantes permanentes, es un gran núcleo turístico y da nombre a un parque nacional de 10.876 kilómetros cuadrados, superficie algo mayor que todo el Principado de Asturias. Una de las opciones más atractivas y cercanas para descubrir el encanto de la naturaleza invernal es una visita guiada al cañón Maligne. Caminar sobre un río helado, rodeado de cascadas blancas y paredes con inscripciones prehistóricas, hace pensar en los exploradores blancos del siglo XIX que llegaron aquí buscando vías de comunicación y oro.
A menos de 20 minutos del centro de Jasper se halla el complejo de deportes de invierno de Marmot Basin. Es una de las mayores áreas de esquí de Canadá, con capacidad para remontar hasta 12.000 esquiadores por hora. De hecho, en el trío de parques que se incluyen en esta ruta hay ocho centros de esquí y patinaje que acogieron pruebas de los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary (1988) y Vancouver (2010).
La carretera panorámica Icefields Parkway es la columna vertebral de la ruta hacia el sur
La carretera panorámica Icefields Parkway es la columna vertebral de la ruta hacia el sur, rumbo al Parque Nacional de Banff. Los 232 kiltas semiconómetros de esta vía están sembrados de paradas que invitan a adentrarse por senderos señalizados hasta lugares de postal. Al poco de dejar Jasper aparecen dos: las cataratas semicongeladas de Sunwapta, que cuenta con un lujoso resort de montaña con vistas al río, y las cascadas Athabasca, cuyo salto de 23 metros de altura se convierte en un sensacional témpano de hielo en invierno. Mientras va ganando altura hasta los campos de hielo Columbia, a cien kilómetros, la carretera transita flanqueada por bosques de altísimos abetos Douglas, los árboles más comunes en el centro de las Rocosas.
Adentrarse en el glaciar
El recinto del Icefield Centre dispone de todo lo necesario para que el viajero se sumerja en el corazón helado de las Rocosas, desde exposiciones sobre los glaciares hasta excursiones guiadas con raquetas o esquís y, a partir de abril, rutas por el glaciar Athabasca en autobuses preparados para circular sobre hielo.
El cruce del río Saskatchewan y el punto de información de Warden, 50 kilómetros en dirección sur, marcan el inicio de la segunda etapa del viaje, la que se adentra en el Parque Nacional de Banff. Fundado en 1885 y con 6.641 kilómetros cuadrados de superficie, es quizá la reserva de las Rocosas con los lagos más espectaculares. Un mirador accesible desde la Icefields Parkway ofrece vistas sobre el lago Peyto, de tres kilómetros de longitud, que cambia de color a lo largo del año a causa de su alto contenido en flúor: del turquesa estival al azul, gris y blanco invernal.
A lo largo de la ruta es posible ver alces, algún lobo, coyotes y, en primavera, osos grizzly y negros
El siguiente objetivo de la ruta es otro lago, el Moraine, situado a 14 kilómetros de la localidad de Lake Louise. Diez gigantes de roca y hielo rodean este espejo de agua, un sendero bordea su orilla sur y en el pequeño muelle se mecen canoas de alquiler. El lago Louise, junto a la población homónima, está mucho más concurrido gracias a su macro estación de esquí (139 pistas).
El pueblo de Banff se localiza a 55 kilómetros por la Bow Valley Parkway, la carretera paralela a la línea que la Canadian Pacific Railway trazó en la década de 1880. En esta zona, los álamos y otros árboles de ribera compiten por un espacio que en el resto del parque ocupan las coníferas. A lo largo de la ruta es posible ver alces, algún lobo, coyotes y, en primavera, osos grizzly y negros.

Panorámicas camino de Banff
Uno de los lugares más fotogénicos del valle es Morant’s Curve, el punto desde donde el fotógrafo Nicholas Morant (1910-1990) capturó cientos de imágenes del tren tomando una pronunciada curva, y que hoy son un documento histórico. Al final de la Bow Valley Parkway aparece la ciudad de Banff, un encantador centro turístico con comercios dedicados a los deportes de montaña y buenos restaurantes. La ciudad se fundó muy cerca de un manantial de agua caliente que fue descubierto en 1883 al pie de la montaña Sulphur por trabajadores del ferrocarril. En invierno las posibilidades termales y de esquí son el gran aliciente de Banff.
Las cascadas de Yoho
El recorrido de regreso hacia Vancouver, de nuevo por la Trans-Canada Highway, permite hacer un par de paradas en el Parque Nacional de Yoho. La primera, cerca de la ciudad de Field, es la catarata Takakkaw –«maravilloso» en la lengua de los indios cree–, que con sus 254 metros es la segunda de Canadá en altura.
Unos 20 kilómetros hacia el oeste aparece la carretera local que da acceso a la joya del parque: el lago Emerald. Las aguas de color esmeralda se convierten en invierno en una pista de hielo rodeada por árboles vestidos de blanco. Descansar en una cabaña-hotel, camuflada en el bosque del lago y situada al pie de las rocas con fósiles marinos de Burgess Shale, es una de las mejores experiencias en las Rocosas. Regresar a Vancouver y la costa del Pacífico, a 700 kilómetros, será como volver a otro mundo.
Para saber más
Documentación: pasaporte.
Idioma: inglés; el francés también es oficial.
Moneda: dólar canadiense.
Diferencia horaria: 10 horas menos en invierno.
Cómo llegar: Vancouver y Calgary reciben los vuelos internacionales procedentes de Europa. Desde España se hace escala en una ciudad europea. Los aeropuertos de ambas ciudades están unidos por autobús con el centro.
Cómo moverse: El mejor medio para recorrer las Rocosas es el coche o la autocaravana de alquiler. Existen varias carreteras panorámicas que alcanzan lagos y que unen las principales localidades. Las más famosas son la Bow Valley Parkway, la Maligne Lake Parkway y la Icefields Parkway, que conecta los P.N. Jasper y Banff. El tren de Vancouver a Calgary tiene parada en Lake Louise.
Actividades: Hay cuatro grandes áreas de esquí en las Rocosas canadienses: Banff, Jasper, Lake Louise y Canmore. Además de pistas de alpino, cuentan con senderos y diversas rutas señalizadas para raquetas de nieve y esquís de travesía.
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