Ruta desde Bruselas por la región de Valonia

El río Mosa guía este recorrido que incluye las ciudades medievales de Lieja y Namur

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Río Mosa

En su ruta hacia Lieja y el mar del Norte, este tranquilo curso cruza Dinant –en la fotografía–, una de las poblaciones más bonitas de Valonia.

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Bruselas

La Grand Place o Grote Markt es el corazón de la ciudad medieval. Las calles de su entorno exhiben fachadas góticas y escaparates con mil tipos de cervezas y chocolates.

MARK WINBURN

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Castillo de Gaasbeek

Esta fortaleza de origen medieval forma parte de una ruta de castillos que también incluye los de Jehay y Waleffe.

PHIL ROBINSON / AAGEG E FOTOSTOCK

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Lieja

La catedral de Saint-Paul (s. XIII) se halla en el barrio de l’Île, donde en el siglo X se encontraban las instituciones religiosas.

DOMINIC JACOB

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Namur

Subir a la ciudadela (siglos XIII-XVIII), en funicular o a pie, es la mejor manera de tener una vista completa de la ciudad.

ANIBAL TREJO / 123RF

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Teatro Real de Namur

Desde su inauguración en 1868, es uno de los escenarios con más variedad y calidad de espectáculos de Bélgica.

KARL F. SCHÖFMANN / AGE FOTOSTOCK

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Durbuy

Este pueblo de las Ardenas conserva todo su aspecto medieval, con calles empedradas y casas de fachada entramada.

GÜNTER GRÄFENHAIN / FOTOTECA 9 X 12

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Dinant

Ciudad natal de Alfred Sax, inventor del saxofón, se extiende entre el río Mosa y la roca sobre la que se yergue su ciudadela.

Mapa: BLAUSET

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Recorrido por Valonia

1 Bruselas. La Grand Place es el centro de la vida de la capital.
2 Gaasbeek. Es uno de los castillos mejor preservados.
3 Lieja. Conserva vestigios de su esplendor medieval.
4 Namur. Su casco viejo posee un rico patrimonio histórico.
5 Dinant. Situada a orillas del Mosa, es ideal para descansar.

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Bruselas

BélgicaGrand Place o Grote Markttiendas de chocolate y cerveza belgasManneken Pis, la fuente del niño más famoso del paísGalerías de Saint Hubert y los Halles de Saint GéryPlace du Jeu de Balle

, capital de

y de la Unión Europea, es una de las ciudades más cosmopolitas del mundo. Cualquiera que la haya visitado sabe que, en un simple trayecto de metro, es posible distinguir decenas de idiomas. Eso mismo sucede en la

que, cuajada de edificios góticos, renacentistas y barrocos, está rodeada por calles en las que abundan las

. Cerca se encuentra el

, las distinguidas

, un mercado reconvertido en punto de información y bar musical. A la hora del almuerzo, la plaza de Sainte Catherine es ideal para degustar docenas de variantes del plato estrella de la cocina belga: los mejillones con patatas fritas. Y después, dar una vuelta por la

, con su rastro de cosas viejas, antigüedades y artesanías.

Bruselas es una de las tres regiones autónomas que forman el país. Al norte queda Flandes, de habla neerlandesa y fisonomía costera y mesetaria; al sur se extiende Valonia, más accidentada y boscosa, de habla francesa y dialecto valón. Para conocer algunos de los lugares más interesantes de esta última conviene tomar rumbo este hacia Lieja, luego remontar el curso del Mosa (Meuse, en francés), proseguir en dirección a la ciudad de Namur y acabar el viaje en una de las más bonitas localidades de Bélgica: Dinant.

El castillo de Gaasbeek, 16 kilómetros al sur de Bruselas, es un buen aperitivo del itinerario. La fortaleza actual se levanta en el emplazamiento de otra que fue destruida en el siglo XIV como venganza de Bruselas contra el señor de Gaasbeek. Es la primera de las muchas leyendas que aparecerán en nuestra ruta, pues viajar a la región valona equivale en buena medida a recorrer las Ardenas belgas, uno de los destinos emblemáticos del país. Repartidas entre Bélgica, Francia, Luxemburgo y Alemania, conforma una región montañosa cuajada de bosques –el vocablo celta ar duen (negra) alude a las densas masas forestales– y surcada por ríos serpenteantes. El más caudaloso es el Mosa, que conecta de oeste a este las ciudades de Dinant, Namur y Lieja, antes de dejar Bélgica para volcar sus aguas en el río Rin, ya dentro de territorio holandés.

Viajar a la región valona equivale en buena medida a recorrer las Ardenas belgas

De camino a Lieja, a poco más de 70 kilómetros de Bruselas por la A-3, nos detenemos en elchâteau de Waleffe para conocer un ejemplo de arquitectura de estilo grand siècle. A menos de 20 minutos, el castillo de Jehay muestra un modelo de fortificación completamente distinto, en el que se integra el edificio principal, una capilla y unos jardines espléndidos. Los orígenes de la propiedad se remontan al siglo XIII, pero no es hasta 1550 cuando toma su apariencia actual, con techumbres y torres rematadas por chapiteles de pizarra sobre piedra ocre y blanca.

Lieja aparece 24 kilómetros más adelante, bañada por el río Mosa. Capital de un principado durante 800 años, se incorporó al naciente estado belga en 1830, aunque conservó su espíritu independiente. Desde la colina de Bueren se contempla la ciudad entera, con protagonismo del Palacio de los Príncipes Obispos, cuyas sucesivas reconstrucciones desde la Edad Media son un reflejo de la agitada historia de la ciudad. En el núcleo antiguo los aficionados a la novela negra pueden seguir el itinerario de Georges Simenon (1903-1989), nacido en Lieja y creador del comisario Maigret.

Aquí comienza una ruta tachonada de pequeñas localidades, castillos, abadías y una naturaleza muy distinta a la de la planicie flamenca. Un lugar perfecto para comprobarlo es el parque Hautes Fagnes, en Botrange, donde abundan los páramos de altura y los bosques en los que es posible practicar el esquí de fondo. En sus estribaciones occidentales se encuentra el pueblecito de Spa, pionero del turismo balneario. Sus fuentes termales –ahora integradas en un complejo moderno– ya eran conocidas en la época romana, pero fue durante los siglos XVIII y XIX cuando se hizo célebre entre la nobleza europea y soberanos como Pedro el Grande.

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A menos de 50 kilómetros por la N-66 se halla Durbuy, un lugar encantador de callejuelas de trazado medieval y edificios del XVII y XVIII. Su entorno resulta ideal para disfrutar de la naturaleza, con una oferta que incluye descensos en kayak por el río Ourthe, rutas en bicicleta y visita a las cuevas de Hotton.

Namur, capital administrativa y ciudad denominada «puerta de las Ardenas», aparece 56 kilómetros al oeste. Situada en la confluencia del Mosa y el Sambre, la ciudad se despliega a lo largo de las orillas de ambos ríos, vigilada desde lo alto por una ciudadela imponente. Merece la pena callejear por el centro y dejarse sorprender por la catedral barroca de San Albino, que guarda el corazón de Juan de Austria, triunfador de Lepanto, o por la hermosa iglesia de Saint Loup, también barroca, donde el poeta francés Charles Baudelaire sufrió en 1866 una parálisis que acabaría costándole la vida. El paseo nos lleva a la plaza de Armas, con el Ayuntamiento y su torre Patrimonio de la Humanidad, a la placita de la Ópera, a la Lonja de la Carne y al Museo Africano, que reúne colecciones traídas del Congo por militares y misioneros belgas en el siglo XIX.

La carretera que corre paralela al curso del Mosa conduce a Dinant en unos veinte minutos. La localidad está presidida por un macizo rocoso sobre el que se erige la ciudadela que mandó construir el príncipe-obispo de Lieja en el siglo XV, y que hoy se alcanza en funicular o por unas escaleras de 1577. Bajo el peñón y marcando el perfil del pueblo, sobresale la colegiata gótica, de exquisitos vitrales.

El mejor final para el viaje por la región valona es pasear en barco por el Mosa desde Dinant y, así, descubrir un paisaje encantado de farallones, bosques y prados interrumpidos por mansiones y abadías románicas.

MÁS INFORMACIÓN

Documentos: DNI.
Idiomas: francés y flamenco.
Moneda: euro.

Traslados: El aeropuerto de Bruselas cuenta con autobuses para llegar al centro y vehículos de alquiler.
Bruselas, Lieja y Namur están unidas por tren y autobús.