Asun Luján
Periodista redactora de Viajes National Geographic
Actualizado a
La región del Languedoc fue el escenario de este movimiento religioso del siglo XIII, considerado herético por Roma y que fue perseguido hasta su total aniquilación en el siglo XIV. Hoy una ruta que abarca unos 300 kilómetros abraza los castillos y pueblos en los que los cátaros se alzaron en su defensa, muchos de los cuales son visitables. Esta ruta es también una excelente oportunidad para conocer los paisajes de relieve abrupto, grandes ríos y viñedos de esta región del sur de Francia.
El itinerario puede empezar por una de las joyas de la ruta, la medieval y amurallada Carcasona, que consiguió su imagen actual gracias a una rotunda rehabilitación llevada a cabo en el siglo XIX por Violett-le-Duc, arquitecto y gran medievalista. Tras este brillante inicio, los castillos de Latours, Quèribus, Peyrepertuse y Montségur esperan en lo alto de las montañas como «nidos de águila» y pueblos preciosos aguardan con su deliciosa gastronomía.