Irlanda del Norte

Ruta desde Derry a la Calzada del Gigante

Un territorio de arenales, ruinas medievales y pubs donde suena la música gaélica

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Mapa: BLAUSET

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Ruta costera por Irlanda del Norte

1 Derry-Londonderry. Ciudad de unos 110.000 habitantes, destaca el Museo de la Torre, con tesoros de naufragios.

2 Castillo Dunluce. Unido a tierra firme por un puente, sus ruinas se alzan sobre un risco, cerca de la Calzada del Gigante.

3 Calzada del Gigante. Esta singularidad natural está formada por una sucesión de más de 30.000 columnas de basalto.

4 Parque Forestal de Glenariff. Se sitúa en la cabecera del valle homónimo. Su centro de visitantes informa sobre diversas rutas.

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El castillo de Dunluce

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La Calzada del Gigante

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Catedral católica de St Eugene, en Derry-Londonderry

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Bahía White Park, entre los pueblos de Ballycastle y Bushmills

GTRES

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Pub en Cushendall, en el valle de Glenariff

ACI

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Cascada Ess-na-Larach, en el Parque Forestal de Glenariff

Derry-Londonderry celebra este año el 400 aniversario de su muralla y también el haber sido elegida la primera «Ciudad de la Cultura» del Reino Unido. Los dos eventos enriquecerán con numerosas actividades esta localidad del estuario del río Foyle.

El recorrido que proponemos parte de esta ciudad y se dirige hacia el norte para, a unos 50 kilómetros, encontrar la más dramática senda costera de la isla, una ruta que atraviesa altiplanos cortados por valles, curiosas formaciones rocosas, castillos medievales y pueblos pesqueros que socorrieron a náufragos de la Armada Invencible española en el siglo XVI. Historia y leyenda enmarcan una sucesión de pueblos e impresionantes paisajes en esta remota región, receptora de turistas incluso durante las décadas más conflictivas del Ulster.

DERRY-LONDONDERRY. Ciudad de identidad dual, tiene un río que separa sus dos comunidades. Los protestantes residen en la margen este del Foyle y honran la catedral anglicana de San Columba (s. XVII), patrón de la villa, y la memoria de los gremios londinenses que financiaron el amurallamiento de Londonderry en 1613. Por su lado, los católicos de Derry dominan el Bogside y otros barrios del oeste, en torno a la catedral neogótica de San Eugenio. Entre ambos se tiende el Puente de la Paz (2011), sinuoso y peatonal, y considerado el símbolo del proceso de reconciliación.

Antes de proseguir el viaje hacia la costa, vale la pena visitar el Museo de la Torre que alberga tesoros rescatados del navío español La Trinidad Valencera, naufragado en la ventosa bahía de Kinnagoe en 1588. Otro buque de la Armada de Felipe II, La Girona, encalló el mismo año al este de Portrush, actual meca de surfistas. La zona se bautizó como la Bahía de los Españoles (Port na Spaniagh) y con los beneficios de la presa se rehabilitó el castillo de Dunluce, distante unos cinco kilómetros.

DUNLUCE. Morada del clan McDonnell hasta finales del siglo XVII, este castillo se erige majestuoso sobre un peñón de basalto que se asoma al Atlántico. De las múltiples historias que encierran sus muros, destaca la tragedia de 1639, cuando la cocina se desplomó arrastrando a los sirvientes hasta las gélidas aguas. Merece la pena descender a la Cueva de las Sirenas, socavada bajo el castillo, y caminar hasta las ruinas de la ermita de San Cuthbert.

BUSHMILLS. Hacia el este se llega a esta ciudad, parada obligada para catadores del mejor Irish whiskey. Su famosa destilería presume de ser la más antigua del mundo: de 1608, según licencia del rey Jacobo I. Del pueblo parte un tren de vapor que, en tres kilómetros, llega a la Calzada del Gigante.

CALZADA DEL GIGANTE. Es la estrella indiscutible de este viaje. Se trata de un excepcional escenario natural donde el visitante se siente transportado a otro planeta al contemplar miles de columnas de basalto en mágica armonía geométrica. La mayoría de las rocas son hexágonos y otras adquieren forma poligonal. Cuenta la leyenda que son la obra de un gigante que ingenió un sendero de piedra entre Irlanda y Escocia. En realidad su formación se atribuye a una explosión volcánica que vertió lava basáltica sobre un terreno de piedra caliza hace 60 millones de años. Los procesos de solidificación y erosión se conjugaron después para crear esta singularidad natural, reconocida como Patrimonio de la Humanidad. La Calzada del Gigante cuenta desde el pasado año con un nuevo centro de visitantes e interpretación en la carretera B147, a tres kilómetros de Bushmills.

CAUSEWAY COAST WAY. Esta senda costera señalizada tiene precisamente en la Calzada del Gigante el tramo más impactante. La ruta cuenta con 53 kilómetros y discurre entre Portstewart y Ballycastle. El itinerario circula al borde de los acantilados, atravesando altos rocosos y descendiendo hasta enclaves costeros como la bahía White Park, con su enorme playa y el pintoresco puerto de Ballintoy.

BALLINTOY. En las afueras del pueblo cuelga un llamativo puente de cuerda que cruza a la isleta de Carrick a Rede. Con 20 metros de largo y apenas uno de ancho, se balancea a unos 30 metros por encima de las rocas y las olas. Lo tienden desde hace siglos los pescadores de salmón para controlar sus redes desde lo alto. El público puede cruzarlo de primavera a otoño, excepto los días de mucho viento. Desde él se contempla una vertiginosa vista sobre el pueblo y la costa, que incluye la isla de Rathlin, una reserva de aves marinas.

CAÑADAS DE ANTRIM. Entre Ballycastle y Glenarm hay varias carreteras panorámicas (señalizadas como Scenic Route) que atraviesan este paraje formado por nueve glens o valles glaciares. Las vistas desde estos brazos de tierra que invaden el mar son impresionantes. Entre ellos hay intercalados pueblos llenos de encanto y varios castillos, como el de Carrickfergus, del siglo XIII.

CUSHENDALL. Con sus casas y pubs de fachadas de colores, esta localidad es una buena base para explorar la zona y visitar, por ejemplo, las ruinas de la ermita de Layde, del siglo XIV. En el centro del pueblo se levanta la sobria torre Curfew (1817), en la que se encerraba a «vagos y alborotadores».

VALLE DE GLENARIFF. Unos dos kilómetros más al sur, frente al arenal de Waterfoot, la carretera secundaria A43 se adentra en el interior de este valle, apodado «la reina de las cañadas» por sus espectaculares vistas y senderos. Destaca una ruta circular de diez kilómetros que bordea ríos y cascadas escondidas entre la densa vegetación. El valle de Glenariff es en la actualidad un parque forestal donde está permitido acampar. Quedarse dormido contemplando el cielo de Irlanda puede ser el colofón perfecto para este recorrido por la punta nordeste de la fascinante isla de Irlanda.

PARA SABER MÁS

Cómo llegar: Desde España hay vuelos a Belfast, capital de Irlanda del Norte. Otra opción es volar vía Londres hasta Derry-Londonderry.

Alojamiento: La zona tiene granjas y bed & breakfast.

Turismo de Irlanda del Norte www.discovernorthernireland.com

Turismo de Gran Bretaña

Turismo de la Calzada del Gigante