Primero conquistó al cine español y ahora al turismo. La admiración por la Guerra Civil, connotaciones políticas aparte, empieza a florecer en lugares donde el recuerdo de la barbarie ha dejado paso a un interés por parte de las nuevas generaciones. Un caso de ello es Paredes de Buitrago, una localidad adormecida durante años por el éxodo rural y la ignominia (aún hay madrileños que llaman a esta comarca la Sierra Pobre) pero que gracias a empresas como la de Paredes Paradise empieza a despertar y a atraer a un viajero inteligente, sostenible y de calidad. De hecho, a día de hoy, son la única empresa que realiza visitas tematizadas por el entorno conectando tradición con turismo activo. Y el frente del agua es su propuesta estrella.