Ruta de norte a sur, desde Halong a Ho Chi Minh

La bahía de Halong es el inicio de este viaje con final en Angkor, la antigua capital jemer de la vecina Camboya

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SAMI SARKIS / CORBIS

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Bahía de Halong

Según la leyenda, los casi 3.000 islotes que emergen en este rincón de la costa norte fueron creados por un dragón.

POR PATHOMPAT

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Arrozales del norte

Al poco de dejar Hanoi rumbo a las aldeas tribales de los Alpes Tonkineses, el paisaje se llena de cultivos de arroz dispuestos en terrazas.

ROB WHITWORTH / ACI

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Playa de Cua Dai

Es una de las más seductoras de la costa central vietnamita. Se halla a pocos minutos del pueblo de Hoi An.

NIGEL PAVITT / AWL IMAGES

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Ciudad imperial de Hue

Imitando a la Ciudad Prohibida de Beijing, este palacio tiene estancias y tumbas ricamente decoradas.

AWL IMAGES

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Artesanías de ayer y de hoy

Los faroles y los tejidos de seda llenan los comercios y talleres de Hoi An. En el centro, el Puente Japonés.

GONZALO AZUMENDI

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Hoi An

El río Thu Bon cruza este pueblo de artesanos textiles. Sus orillas están flanqueadas por restaurantes y tiendas.

MIKEL BILBAO / AGE FOTOSTOCK

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Angkor Wat

El mayor templo de la antigua capital jemer, consta de cinco torres con forma de loto cerrado.

JAN WLODARCZYK / AGE FOTOSTOCK

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Angkor

El actual recinto arqueológico fue el centro del poder jemer del siglo IX al XV. Entre sus muchos templos destaca el de Ta Prohm, en la fotografía.

JUAN CARLOS MUÑOZ

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Angkor Thom

Cinco puertas con caras del rey Jayavarman VII controlaban el acceso a esta ciudad imperial, erigida a finales del siglo XII a poca distancia del recinto religioso de Angkor Wat.

Mapa: BLAUSET

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Las cinco etapas del viaje

1 Hanoi. Los dos barrios principales de la capital vietnamita están separados por el lago Hoan Kiem.
2 Bahía de Halong. Un paraíso de islotes kársticos.
3 Hue. Este gran recinto palaciego requiere un día de visita.
4 Hoi An. Encantador pueblo de pescadores y artesanos.
5 Angkor. La antigua capital jemer es la joya de Camboya.

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Tendido a lo largo del mar de China Meridional, Vietnam es uno de los lugares más fascinantes del Sudeste Asiático por su paisaje de montes tapizados de arrozales y playas de nácar, pero también por el legado que mercaderes, nómadas y emperadores han dejado a lo largo de los siglos. El recorrido entre Hanoi, la capital vietnamita, y Danang descubre este patrimonio excepcional así como una historia apasionante de antiguos reinos que compitieron entre sí por el control de Indochina y que tiene en las ruinas cham de MySon (Vietnam) y en los templos jemeres de Angkor (Camboya) sus máximos emblemas.

Fundada el año 1010 a orillas del río Rojo, Hanoi es una ciudad de unos cuatro millones de habitantes y otras tantas motocicletas. Los ciclomotores contribuyen al bullicio de una ciudad cuyo centro se localiza en el lago Hoan Kiem, donde puede visitarse el templo de Jade (Ngoc Son), al que se accede cruzando el puente del Sol Naciente (The Huc), ambos de clara influencia china. Al norte del lago se halla la zona más antigua de Hanoi: «el Barrio de las 36 calles», en referencia al número de gremios que ordenan su trazado (grabadores de piedras, sastres, floristas…). En este gran bazar al aire libre, de urbanismo laberíntico pero perfectamente ordenado, se venden marionetas de agua, trajes de seda a medida y también deliciosos nems, esos rollos crujientes rellenos de gamba, cerdo y jengibre envueltos en hojas de lechuga y menta. Al sur se abren las grandes avenidas del barrio Francés, con elegantes residencias surgidas entre los años 1930 y 1940. Antes de abandonar la ciudad es imprescindible visitar el Templo de la Literatura, que fue la primera universidad del país y posee una colección de estelas en forma de grandes tortugas con nombres de mandarines de los siglos XV al XVIII.

La bahía de Halong, a 164 kilómetros de Hanoi, nos sumerge en una fascinante leyenda: sus casi 3.000 islotes son en realidad fragmentos de jade que una corte de dragones lanzó sobre las plácidas aguas para proteger la zona de las invasiones chinas. Lo cierto es que Halong deslumbra, por mucho que uno la haya visto antes en revistas de viajes y películas como Indochina (Wargnier, 1991).

Pasar una noche en la bahía de Halong es una experiencia mágica, viendo el resplandor de la luna llena sobre las aguas calmas

Navegar entre sus pináculos calcáreos a bordo de un sampan (velero de juncos) o en kayak permite acercarse a cuevas que fueron guarida de piratas y que hoy cobijan santuarios, o visitar poblaciones flotantes con jardines y mercados instalados sobre palafitos. Pasar una noche en la bahía de Halong es una experiencia mágica, viendo el resplandor de la luna llena sobre las aguas calmas.

Antes de viajar hacia el sur es recomendable dedicar unos días a los Alpes Tonkineses, unos 300 kilómetros al norte de Hanoi. Un tren nocturno lleva hasta Lao Cai, la localidad más cercana a la bucólica Sapa, una aldea rodeada de arrozales en terraza que parecen cabalgar hasta las cumbres. Este entorno de plantas de té, mango y yuca está habitado por grupos étnicos como los hmong, nómadas procedentes de China que elaboran bordados y joyas de plata.

La siguiente etapa del viaje es la ciudad imperial de Hue, a 780 kilómetros. El tren de la Reunificación, que cruza de norte a sur el país, y el avión son los medios más rápidos para llegar a la que, entre 1802 y 1945, fue capital de la dinastía Nguyen. El conjunto, declarado Patrimonio de la Humanidad, está compuesto por tres recintos concéntricos y amurallados que albergan palacios, templos y jardines. El recorrido en barca por el río del Perfume permite acercarse a la otra joya de Hue, los mausoleos de los emperadores vietnamitas, con pabellones esculpidos, jardines e incluso lagos.

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Los 110 kilómetros que separan Hue de la ciudad de Danang discurren junto al mar de la China Meridional, una larga franja de arena interrumpida por poblados con casas de teja roja, campos de hortalizas y complejos hoteleros que ofrecen tratamientos terapéuticos frente a playas de ensueño. Danang se está convirtiendo en el eje de un turismo orientado a ofrecer bienestar junto a experiencias genuinas, como los paseos en barca y la visita al pueblo de horticultores de Tra Que o a la bonita localidad fluvial de Hoi An.

Emplazada 25 kilómetros al sur de Danang, Hoi An fue uno de los puertos fluviales más importantes del Sudeste Asiático en los siglos XVI y XVII. Aquí desembarcaban mercaderes holandeses, portugueses y japoneses para comprar té, seda, especias o porcelana. Los tuk tuk y las motocicletas son los únicos vehículos que circulan por el centro, respetando su atmósfera de otro tiempo. La herencia china está muy presente en los templos y en las casas con patio, aunque el gran tesoro de Hoi An es el Puente Japonés (1593), cubierto y de madera, que unía el barrio chino con el japonés. Los restaurantes a orillas del río ofrecen una cocina de excepcional calidad elaborada con verdura, pescado y fruta de la zona.

Un valle selvático del interior, a 60 kilómetros de Danang, guarda otra sorpresa de la Costa Central vietnamita: las ruinas de My Son, un antiguo santuario del reino cham, con templos de los siglos IV y VII cubiertos de columnas y motivos ornamentales que suponen un puente entre los del sur de la India y los de la capital jemer de Angkor. A tan solo diez kilómetros está la antigua capital cham de Simhapura, pero apenas queda nada de ella y lo mejor se conserva en el espléndido Museo Cham de Danang.

Angkor, en la provincia camboyana de Siem Reap –con conexión aérea desde Danang–, es un final de viaje idílico. Los 400 kilómetros cuadrados de este inmenso recinto albergan restos de templos y de las balsas y canales de un increíble sistema de irrigación. En este mundo de fantasía las raíces de los árboles se mezclan con las ruinas mientras la selva abraza los templos del antiguo imperio jemer como queriendo proteger los vestigios de un pasado deslumbrante.

MÁS INFORMACIÓN

Documentos: pasaporte y visado que, para Vietnam se consigue en la embajada y para Camboya, en el aeropuerto de Siem Reap. Hay que llevar fotografías tipo carnet.
Idiomas: vietnamita y jemer.
Moneda: dong (Vietnam) y riel (Camboya), aunque el dólar se acepta en casi todas partes.
Horario: 6 horas más.
Salud: protección antimosquitos y crema solar.

Llegar y moverse: los vuelos directos hasta Hanoi parten de París o Frankfurt. A Siem Reap (Camboya) hay vuelos regulares desde Hanoi, Danang y Ho Chi Minh. El tren y los autobuses de línea son prácticos para moverse por todo Vietnam. En las ciudades, el tuk tuk y el taxi son la opción más práctica.

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