Ruta por los 22 cementerios monumentales de España

Poco más de una veintena de camposantos están reconocidos por la Comisión Europea en su Ruta Europea de Cementerios.

Desde hace años los cementerios se han convertido en una visita más a tener en cuenta en cualquier viaje. El auge de este tipo de recorridos ha impulsado la creación de rutas, guías e itinerarios por muchos de los camposantos europeos y españoles. Algunos de éstos albergan un patrimonio artístico impresionante, otros forman parte de la Historia de la Humanidad y algunos son tan bellos que pasear por ellos resulta una auténtica delicia.

Ruta por los cementerios españoles

En la Ruta Europea de Cementerios –una iniciativa calificada de interés cultural– se destacan veintidós camposantos españoles. El Cementerio Municipal de Granada, el de Ciriego o el de Comillas en Santander o el cementerio de Polloe de San Sebastián son algunos de los más visitados. Valencia ha puesto en marcha la ruta del Museo del Silencio que todos los sábados muestra su cementerio General; también en el de La Almudena de Madrid se organizan visitas guiadas.

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Foto: Turismo Coruña

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Cementerio de San Amaro, A Coruña

Es de los pocos cementerios marinos del mundo, y posiblemente uno de los que goza con mejores vistas al Atlántico. Este camposanto de gran valor cultural, histórico y artístico se ha situado como uno de principales puntos de interés turístico de la ciudad. Sus joyas neoclásicas, la simbología celta, los templos neorrománicos o jónicos y los panteones modernistas son auténticas obras de arte. En él hay sepultadas importantes figuras de la cultura gallega como el escritor Wenceslao Fernández Flores, cuyo personaje Fiz Cotovelo de El bosque animado cobra vida durante las visitas guiadas por el cementerio. Estas corren a cargo de la Oficina de Turismo de A Coruña, son gratuitas y se realizan todos los sábados desde el mes de abril a diciembre al anochecer. En ellas los visitantes tienen la oportunidad de conocer los secretos de este viejo cementerio de 1812 que ya forma parte del circuito turístico coruñés. 

Foto: Concello de Lugo

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Cementerio de San Froilán, Lugo

Construido en 1948, el cementerio de San Froilán destaca por la belleza de sus antiguas construcciones funerarias. La más monumental de ellas se encuentra justo a su entrada, es el mausoleo neogótico del siglo XIX diseñado por el arquitecto lucense Cobreros. Su mezcla de diferentes estilos, con pinceledas de la decoración corintia, le llevaron a ser nombrado en 2015 el mejor monumento funerario de España

GettyImages-516642681. Cementerio de la Carriona (Avilés)

Foto: Getty Images

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Cementerio municipal de la Carriona (Avilés)

Situado en la ciudad asturiana de Avilés, este cementerio de finales del siglo XIX se caracteriza por ser un museo al aire libre de diferentes estilos artísticos. Fue diseñado por el arquitecto municipal  Ricardo Marcos Bausá, quien también se encargó de diseñar la Ciudad Lineal de Madrid. Su principal característica es la cantidad de esculturas simbólicas que decoran los panteones. También su capilla neorrománica, o las representaciones barrocas. El personaje más ilustre aquí enterrado es el escritor asturiano Armando Palacio Valdés, cuya tumba está custodiada por la escultura de uno de los personajes de su obra La aldea perdida. Un medallón con su imagen y las letras de “Viajero, si algún día escalas las montañas de Asturias y tropiezas con la tumba del poeta, deja sobre ella una rama de madreselva. Así Dios te bendiga y guíe tus pasos con felicidad por el Principado”, hacen que cualquier visitante se detenga en ella. 

shutterstock 1133393381. Cementerio de Ciriego (Cantabria)

Foto: Shutterstock

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Cementerio de Ciriego (Cantabria)

Situado en la ciudad de Santander, el cementerio de Ciriego ofrece unas impresionantes vistas al Cantábrico. La monumentalidad de sus esculturas, panteones y ornamentación le han hecho situarse como uno de los camposantos más bonitos de España, aunque su principal particularidad es que es el más tecnológico. Como complemento a sus rutas guiadas, el visitante puede hacer el recorrido por su cuenta con la ayuda de una aplicación que le irá informando sobre las partes más emblemáticas del lugar. Cuenta con un plano, explicaciones y galería fotográfica. Además, también disponen de lector de códigos QR y, desde la propia página web del cementerio de Ciriego, se pueden ver algunos de sus monumentos en 3D. 

iStock-471410382. Cementerio de Derio, Bilbao

Foto: iStock

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Cementerio Municipal de Bilbao

El camposanto más grande de Vizcaya es mucho más que un hito por superficie. Es, también, toda una joya monumental que abrió sus puertas hace 120 años con el fin de dar un descanso bello a los bilbaínos. Y lo logra con un edificio principal de estilo ecléctico acompañado de dos galerías que se han convertido en el emblema del complejo. El cementerio está abierto para visitas turísticas y cuenta con un mapa y folleto detallado donde se destacan los lugares más emblemáticos y los mausoleos imprescindibles de esta necrópolis. 

iStock-1336606784. Cementerio de Polloe, San Sebastián

Foto: iStock

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Cementerio de Polloe, San Sebastián

El cementerio por antonomasia de la ciudad es un inmenso camposanto repleto de mausoleos que dan fe de la importancia que ha tenido para los donostiarras ser enterrados en este lugar. Y es que Polloe es un laberinto de esculturas y monumentos funerarios que son una viva imagen de la historia de esta urbe en el último siglo. No en vano, aquí yacen los restos de personajes tan relevantes como Clara Campoamor o Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA en 1995. El cementerio cuenta con visitas guiadas organizadas por empresas turísticas locales. 

shutterstock 1435421057. Cementerio de Lloret de Mar (Girona)

Foto: Shutterstock

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Cementerio de Lloret de Mar (Girona)

A finales del siglo XIX, numerosos indianos -emigrantes que fueron a hacer las Américas- regresaron a su Lloret natal para pasar los últimos días de sus vidas. Las ideas globales y modernas que trajeron, sumado a su dinero, impulsó un cementerio que rompía con lo establecido y que se llenó de elementos modernistas que hoy siguen deslumbrando a los vivos. Este complejo se ha convertido en uno de los lugares más sorprendentes de toda Costa Brava, además de ser un museo al aire libre de escultura novecentista. 

Cementerio de Arenys de Mar (1). Cementerio de Arenys de Mar (Barcelona)

Foto: Alberto-g-rovi vía Wikimedia Commons

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Cementerio de Arenys de Mar

Fue el poeta Salvador Espriu quien, inspirado por la ubicación de este cementerio marinero, decidió bautizarlo como Cementerio de Sinera dándole una vuelta a las letras del topónimo de esta localidad. Esta nomenclatura tan creativa preludia esta especie de gliptoteca que es puro Romanticismo, sobre todo su parte central, donde los mausoleos están encabezados por expresivas esculturas.  

qhs9iOKnhGsdVBiRjUAaNQ. Cementerio de los Capuchinos (Mataró, Barcelona)

Foto: Turismo de Mataró

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Cementerio de los Capuchinos (Mataró)

Hay que remontarse hasta las desamortizaciones del siglo XIX para comprender el por qué de un cementerio así en un lugar un tanto abrupto. Y es que fue entonces cuando la finca de Los Capuchinos, donde antaño había un convento, se vendió y se transformó en un cementerio que es puro Neoclasicismo. Y es que a las escaleras que se instalaron para hacer más accesible la abrupta topografía de este terreno se le suma un capilla de planta circular rodeada de columnas que recuerda a los panteones romanos y un conjunto de mausoleos asombrosos como los de  Francesca Lavilla) Marfà-Mesquera o Jaume Carrau. También destacan, por lo simbólico, las tumbas del arquitecto modernista  Josep Puig i Calafalch y de Peret. 

iStock-1019823220. Cementerio de Poble Nou (Barcelona)

Foto: iStock

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Cementerio de Poble Nou (Barcelona)

A finales del siglo XVIII Barcelona se enfrentó a un problema: en los cementerios de las parroquias intramuros había demasiados féretros acumulados. Por eso, los gobernadores locales decidieron levantar un cementerio fuera de las murallas, cerca de la plata de la Mar Bella, en un proyecto ambicioso y, también, atractivo. Y es que para levantarlo contaron con un arquitecto italiano, Antonio Ginesi, quien proyectó una estructura y unas formas neoclásicas que hoy siguen transmitiendo serenidad y paz. Todo ello se complementa con los panteones, repletos de arte, que a finales del siglo XIX levantaron algunas de las familias más pudientes de la ciudad, demostrando que la burguesía era presumida, también, en la otra vida. 

 

iStock-118103751. Cementerio de Montjuïc (Barcelona)

Foto: iStock

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Cementerio de Montjuïc (Barcelona)

Este es el cementerio más grande de la ciudad y debido al valor de sus monumentos y esculturas fúnebres es un monumento de monumentos que concentra toda la historia moderna de Barcelona. Aquí hay desde las más altas personalidades políticas, como Lluís Companys, presidente de la Generalitat durante la Guerra Civil, artistas como Joan Miró o Santiago Rusiñol o anarquistas, hasta personas de todos los rangos sociales. Además, desde sus calles y plazas se tiene las mejores vistas al puerto de Barcelona y al anillo Olímpico. Para los interesados en la muerte, en el cementerio hay una biblioteca especializada con un fondo de más de 4.000 títulos. 

Igualada 8. Cementerio de Igualada (Cataluña)

Foto: Mcginnly vía Wikimedia Commons

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Cementerio nuevo de Igualada

Posiblemente una de las necrópolis más modernas y nuevas de España. Diseñado por Enric Miralles y Carme Pinós, el nuevo cementerio de Igualada fue inaugurado en 1994, después de diez años en construcción. La idea de sus diseñadores era crear un espacio donde el pasado, presente y futuro quedase unido en la "ciudad de los muertos", dando como resultado un conjunto de construcciones minimalistas que se mezclan con las montañas del lugar. Este camposacro cuenta con varios niveles situados a lo largo de un camino que simboliza la vida. En el primer y segundo nivel se encuentran los nichos, mientras que la parte superior está reservada para la capilla. Sus elementos modernistas con formas solemnes están presentes en todo el recinto. 

iStock-1365874443. Cementerio de Vilafranca del Penedès

Foto: iStock

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Cementerio de Vilafranca del Penedès

Tal y como sucede con el cementerio de los Capuchinos, el de Vilafranca del Penedès es producto de dos acontecimientos que marcaron el siglo XIX: las desamortizaciones y el auge del Romanticismo. Esta ecuación fue la causante de este bello cementerio en el que las esculturas acompañan a las lápidas con armonía y mucha belleza. Entre los autores de los panteones más suntuosos, destacan arquitectos como Santiago Güell, August Font o Antoni Pons.

iStock-1413412341. Cementerio de Sant Sebastià (Sitges, Barcelona)

Foto: iStock

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Cementerio de Sant Sebastià (Sitges)

Basta con pasear por las calles del centro de esta bella localidad para darse cuenta de lo artística que es. Algo que no es ajeno a su cementerio. Pero esta relación entre los dos mundos no es tan conceptual. De hecho, las numerosas mansiones indianas y modernistas tienen su reflejo en el descanso eterno de sus dueños, que eligieron este camposanto para yacer en paz. Eso se refleja en sus majestuosas tumbas, que sumadas con la ubicación de esta necrópolis -en un cerro sobre el mar- le da un toque bucólico a la visita. 

Maoz Eliakim-22-1198x800. Cementerio de Reus (Tarragona)

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Cementerio General de Reus

Construido en 1869 como última voluntad del político Josep Sardà i Cailà, el cementerio de Reus es un reflejo de la sociedad reusense del siglo XIX. Se caracteriza por a ausencia de elementos cristianos en su fachada y por no discriminar las distintas creencias religiosas. Algunas de las sepulturas son de estilo neoclásico, clásico o de inspiración egipcia. Entre los personajes conocidos que allí se encuentran enterrados está el general Prim, cuyos restos fueron trasladados a Reus, su lugar de origen, en 1971. Su mausoleo, obra de Plácido Zuloaga, es una mezcla del estilo clásico con el Renacimiento. En sus laterales hay dos bajorrelieves sobre la batalla de Castillejos y la entrada del general en Madrid. 

shutterstock 1796462977. Cementerio de La Almudena (Madrid)

Foto: Shutterstock

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Cementerio de La Almudena (Madrid)

Fundado en 1884, este museo sagrado es el cementerio más grande de la capital española. En él se encuentran enterrados más de 140 artistas nacionales como Pío Baroja, Antonio Flores, Lola Flores, Santiago Ramón y Cajal, Arturo Soria o Lina Morgan. Su principal atractivo es que muchos de sus mausoleos son auténticas obras de arte. 

iStock-1339068537. Cementerio general de Valencia

Foto: iStock

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Cementerio general de Valencia

Todo aquel que quiera pasear el siglo XIX tiene en este cementerio un museo al aire libre. Y es que su concepción y forma neoclásica -se abrió en 1807- se alegra y puebla con estatuas y mausoleos con claros elementos modernistas que reflejan cómo este estilo cuajó entre la burguesía de la ciudad. A ella se le suma una capilla anterior, muy sobria en su estructura pero con un pórtico y una escalera de entrada que le aportan cierta majestuosidad. Todos estos estímulos se ponen en valor en las diferentes rutas que organiza Museo del Silencio, un proyecto que ha logrado transformar este camposanto en un destino a visitar. 

Cementeri d'Alcoi - AMOR MÉS ENLLÀ DE LA MORT. Cementerio de San Antonio Abad (Alcoi, Alicante)

Foto: Xavier vía Wikimedia Commons

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Cementerio de San Antonio Abad (Alcoi)

Cuando a Enrique Vilaplana Juliá le encargaron diseñar un cementerio para una Alcoi industrial y próspera, él imaginó una ciudad. Pero no una ciudad cualquiera, sino las que estaban proyectando en Europa durante el siglo XIX, época en la que data este camposanto. Por eso la concibió con largas calles y árboles, invitando a la gente a pasearla. Pero también planteó un sistema de distribución subterráneo, creando una red de catacumbas asombrosas en una innovación que hoy se disfrutar acompañados, también, de esculturas y mausoleos fastuosos. 

iStock-1340719415. Cementerio municipal de Granada

Foto: iStock

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Cementerio de San José (Granada)

Tal y como sucedió en otras ciudades, Granada se vio obligada a inicios del siglo XIX a buscar un cementerio municipal fuera de sus murallas. Y su lugar de emplazamiento no pudo ser más bucólico, en una ladera junto al conjunto de la Alhambra y con vistas a la ciudad y a Sierra Nevada. Pero este no es el único aliciente para visitar este camposanto, ya que su caótico interior está repleto de áreas y patios llenos de estatuas y panteones repletos de arte.

 

202005071402550000001588852975.8201. Cementerio Virgen de la Salud (Córdoba)

Foto: Turismo de Córdoba

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Cementerio Nuestra Señora de la Salud (Córdoba)

La fachada de la ermita de Nuestra Señora de la Salud, que se contempla desde uno de los parkings al aire libre del casco histórico de Córdoba, previene al viajero sobre lo monumental que es este camposanto. Alrededor de este templo, cuyo edificio actual data del siglo XIX, se extiende un cementerio monumental que destaca por la riqueza de sus tumbas y por dar descanso eterno a numerosos toreros y políticos locales. 

cisternas romanas 2. Cementerio de Monturque (Córdoba)

Foto: Turismo de Monturque

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Cementerio de Monturque, Córdoba

Lo realmente singular de esta necrópolis no son sus tumbas y mausoleos, es lo que esconde bajo su suelo. Y no, no es nada tétrico, sino que lo que alberga son unas cisternas romanas impresionantes, las más grandes de España, que se emplazan donde se encontraba el antiguo foro romano de esta localidad. Eso sí, no se encontraron hasta que se amplió el cementerio para albergar a las víctimas de una epidemia de cólera en 1885, cuando esto espacios se usaron como osario y panteón al desconocerse el valor de este yacimiento. No fue hasta los años noventa cuando se tomó conciencia de su envergadura y se acondicionó para su estudio y visitas. Por eso, viajar hasta este cementerio es, también, regresar a la época en la que los romanos filtraban el agua de lluvia y la recogían en estos estanques subterráneos. 

slide-9. Cementerio inglés de Málaga

Foto: Cementerio inglés de Málaga

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Cementerio inglés de Málaga

Desde inicios del siglo XIX, las costas del sur de España han sido un lugar de acogida de extranjeros provenientes del norte de Europa. A pesar de que su adaptación a una nueva sociedad era casi completa, aquellos que profesaban una fe protestante se encontraron con un problema grave: no podían ser enterrados en el mismo lugar que los católicos. Por ello, y tras años de enterrar a los difuntos en la playa, en 1838 el cónsul británico consiguió el permiso para construir un cementerio inglés. A tan solo 15 minutos de la playa de la Malagueta, el ya célebre cementerio fue concebido a modo de jardín y destaca por su belleza.