No hay guía de viajes o recomendación de amigo que obvie una realidad sobre la Puglia: es una inmensidad que regala decenas de sorpresas en cada recodo. Descubrirla es ir de sobresalto en sobresalto, de improvisar aperitivos en cualquier plazuela y procrastinar en sus innegociables terrazas. Pero, sobre todo, de desviarse por el camino y encontrar joyas ocultas que, como estas, hacen que el tacón de Italia sea un inventario infinito de arte, arquitectura y cultura aún por reivindicar.