
San Francisco y Los Ángeles son dos ciudades míticas, ambas cautivadoras y diametralmente opuestas. San Francisco enamora a primera vista con su estilo de vida relajado y tolerante, las terrazas de sus cafés, las calles en pendiente y las casas victorianas. Históricamente bohemia (generación beat, movimiento hippy) y cuna de la lucha por los derechos civiles, San Francisco está, además, rodeada de magníficos paisajes que combinan playas salvajes y densos bosques de secuoyas. Los Ángeles, por su parte, representa el «sueño americano», sol, playas doradas, surf e infinidad de oportunidades en una extensa metrópolis glamurosa y siempre cambiante. Ambas están unidas por un recorrido costero de 650 kilómetros a través de la Highway 1, sin lugar a dudas uno de los más estimulantes de América por su entorno natural, pero también por sus referencias históricas, literarias, cinematográficas, musicales y su tradición vinícola.
Saliendo de San Francisco hacia el sur, bordeando la costa a través de pequeñas ciudades con nombres irresistibles como Half Moon Bay y playas donde se puede practicar kayak, montar a caballo, ir en bicicleta o simplemente pasear, aparece el desvío a Silicon Valley, el famoso centro de la tecnología punta e innovación. Resulta muy interesante visitar el Packard’s Garage en la bonita localidad de Palo Alto, donde los jóvenes Packard y Hewlett iniciaron su famosa corporación informática. Silicon Valley propone también momentos de recogimiento en la Misión Santa Clara de Asís, originaria de 1777.
Santa Cruz, una ciudad que pasa desapercibida aunque aloja una misión fundada en 1791, aparece poco antes de llegar a Monterrey, una fascinante población que, en 1967, albergó el multitudinario festival pop Summner of Love. Hoy mantiene un encanto bohemio con reminiscencias del pasado como Cannery Row, distrito marinero y de la industria conservera hasta los años 1970, popularizado por el premio Nobel John Steinbeck, autor de Las Uvas de la Ira (1939), Cannery Row (1945) y Al Este del Edén (1962).
Ambas están unidas por un recorrido costero de 650 kilómetros a través de la Highway 1
Los eternos jóvenes enamorados de la novela La Isla del Tesoro disfrutarán con la visita a la mansión de Robert Louis Stevenson (1850-1894). Afortunadamente la vuelta a la realidad no tiene nada que envidiar a la ficción cuando se conducen los 30 kilómetros de la espectacular «17 Mile Drive», entre Pacific Grove y Carmel-by-the-sea. La pequeña y exclusiva ciudad de Carmel, que tuvo por alcalde a Clint Eastwood en los años 1980, alberga la Misión San Carlos Borromeo de Carmelo. Fundada en 1770 y trasladada a su enclave actual en 1771, es la segunda misión más antigua del país, la preferida de Fray Junípero Serra, que pidió ser enterrado allí, y la única que todavía mantiene su campanario original.
Unos 40 kilómetros entre vertiginosos acantilados a menudo con niebla llevan al viajero al mítico Big Sur, una zona de gran belleza natural, salvaje y de una biodiversidad asombrosa que permaneció remota y casi inaccesible hasta 1937, cuando finalizó la construcción de la carretera entre Carmel y San Simeón. Por todo esto Big Sur atrajo la atención de numerosos artistas e intelectuales, como Robinson Jeffers, Henry Miller, Jack Kerouac y Lawrence Ferlinghetti, entre otros.
restaurante Nepenthe, emblemático lugar popularizado por Elizabeth Taylor y Richard BurtonCastillos en la arenamansión Xanadú de Ciudadano Kan
: Orson Welles y su entonces esposa Rita Hayworth compraron en 1944 una propiedad en lo que hoy es el
en la película de 1965
. A pesar de tantos millonarios y de espectaculares obras arquitectónicas como el puente Bixby Creek, el lugar mantiene el espíritu de sus pioneros. Llegando a San Simeón está el impresionante Hearst Castle, la casa-museo del magnate de la prensa William Randolph Hearst, que inspiró a Orson Welles para la
e (1941).
Al dejar atrás las nieblas y los densos bosques aparece el condado de San Luis, amable y luminoso, con sus playas de Morro Beach, ideal para practicar surf, Pismo Beach, donde se pueden degustar excelentes almejas, y Avila Beach, fantástica para nadar o pasear. Las bodegas de Paso Robles dan la bienvenida al condado de Santa Bárbara y el Valle de Santa Ynez. Este recorrido fue inmortalizado en la película Entre Copas (2004), con las bodegas de Los Olivos, el Hotel Windmill y los restaurantes de Buellton.

Aquí se encuentra la pequeña ciudad de Solvang, un rincón de Dinamarca en los Estados Unidos en el que no faltan molinos de viento, iglesias luteranas y cafeterías que sirven especialidades danesas. La ciudad de Santa Bárbara gustará por sus galerías y museos de arte, la Misión de 1786, el Presidio State Park y los edificios coloniales del Downtown.
Unos cien kilómetros bordeando playas doradas de fina arena llevan a Malibú, la exclusiva y mítica ciudad donde tienen su residencia artistas y millonarios. Que nadie piense que Malibú es un coto cerrado: hay accesos públicos para disfrutar de decenas de playas. Entre las mansiones que merecen visitarse destaca la Getty Villa, una reconstrucción de la villa romana de Herculano, en el golfo de Nápoles. Este ambiente de glamour y diversión es la puerta de entrada a Los Ángeles, «el sueño americano», donde todo es posible. Santa Mónica llega a continuación. Aquí finaliza la mítica Ruta 66, la carretera de casi 4.000 kilómetros que une la costa Oeste con Chicago, por la que llegaron familias durante la Gran Depresión en busca de una vida mejor.
Descubrir los orígenes de la ciudad en El Pueblo State Historic Park y saborear unos tacos y un margarita en Olvera Street prepara para disfrutar de los encantos de Los Ángeles: ilusión y fantasía en Hollywood y en el mundo m��gico de Disney; poder económico, cultura y diversión en la Millionaire’s Miles, con Beverly Hills, Rodeo, la Universidad de California y Sunset Strip como máximos exponentes. Los Ángeles, la ciudad que hace creer que todo el mundo puede alcanzar la fama.
MÁS INFORMACIÓN
Trámites: pasaporte electrónico y formulario ESTA: http://esta. cbp.dhs.gov.
Idioma: inglés.
Moneda: dólar.
Horario: 9 horas menos.
Cómo llegar y moverse: Los vuelos desde España a San Francisco (SF) o a Los Ángeles (LA) hacen escala en una ciudad estadounidense o europea. El aeropuerto de SF dispone de trenes (BART) que llevan al centro en 30 min. El de LA está a 27 km de la ciudad; cuenta con autobús y metro. Para viajar entre ambas ciudades funcionan líneas de avión, tren y autobús.
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Los Ángeles