La Selva de Irati es un regalo para las emociones en cualquier época del año. Pero, sin duda, es en otoño cuando pone nuestra sensibilidad a flor de piel en un deleite conmovedor, tierno y misterioso. Es la estación en la que la fronda se reinventa en un despliegue expresionista. Porque antes de que las hojas tapicen el suelo, la naturaleza enloquece blandiendo sus pinceles, crea nuevos tonos y matices de su amplia paleta de color y decora con ellos su lienzo vegetal.
Para disfrutar de sus secretos, estos seis recorridos cabalgan los Pirineos entre la Navarra peninsular y las tierras vascas continentales. Son caminos que descubren los arcanos de una mitología que canta en euskera y el latido de una relación que une pueblo y tierra.