Fue la última terra ignota del planeta, el hueco vacío en los mapas, el territorio de las últimas aventuras de la historia de la exploración. Hoy el continente blanco sigue despertando pasiones y es uno de los destinos míticos que todo viajero sueña con alcanzar alguna vez en la vida. Eso sí, afortunadamente, hoy para llegar a la Antártida no hay que jugarse el físico como hicieron Roald Amundsen o Robert Falcon Scott.
La aventura de la lejanía, el frío extremo, los icebergs, avistar animales maravillosos, la oportunidad de cruzar el Círculo Polar Antártico, ver paisajes que parecen salir del período Cuaternario son, sin duda, algunos de los hitos de un viaje a la Antártida.