Asun Luján
Periodista redactora de Viajes National Geographic
La imponente abadía-fortaleza del Mont Saint-Michel, destino de peregrinaje desde la Edad Media, hace siglos que empezó a ser conocida como «La Maravilla». El monumento se eleva altivo sobre un roquedo que emerge en una amplia bahía de la costa de Normandía. Allí, el Atlántico coincide con el estuario del río Couesnon, frontera natural entre esta región y la también francesa Bretaña. El impactante recinto sintetiza con su historia, leyendas y monumentos el carácter orgulloso y fuerte de este territorio septentrional del vecino país. El islote, de apenas 4 kilómetros cuadrados o 960 metros de circunferencia, sostiene un pequeño burgo y una abadía, ambos de origen medieval. El conjunto fue declarado en 1979 Patrimonio de la Humanidad de la Unesco, uno de los primeros que hubo en Francia.

En vídeo: el Mont Saint-Michel en 90 segundos