Tierra de balleneros, pescadores y pioneros en tablas de surf, epicentro de la alta sociedad decimonónica, atravesado por el Camino de Santiago y encaramado sobre las cimas pirenaicas. Así se abre y se muestra el País Vasco francés, un territorio gemelo en la otra orilla del Bidasoa donde tradición, cultura, gastronomía y vida hunden sus raíces en una historia narrada a ambos lados de los Pirineos con un mismo acento. Una ruta idílica en la que adentrarse a pie de costa y regresar por la alta montaña.