
Sant Jordi es el patrón de Cataluña y el día 23 de Abril es una de las fiestas más importantes del calendario catalán. Las calles de Barcelona y del resto de poblaciones se llenan este día de libros y también de rosas para recordar que la leyenda sitúa al heroico santo en tierras catalanas donde mató al feroz dragón. Y es concretamente en la población de Montblanc donde tuvo lugar esa proeza.
Situada en el corazón de Tarragona, en la comarca de la Conca de Barberà, y rodeada de potentes murallas, esta villa medieval escenifica cada año la gesta en la que Sant Jordi pone fin a la vida del dragón y libera a la princesa de su triste final. Para ello toda la ciudad se viste de medievo y sus habitantes rememoran su lejano pasado cuando en el año 1155 le fue otorgada la primera carta de población de manos de Ramón Berenguer IV y la sitúa el siglo XIV, la época dorada de esta Villa Ducal.
La leyenda hecha fiesta
Desde 1987, Montblanc organiza la Setmana Medieval de Sant Jordi, con actos y representaciones que tienen como hilo conductor la Edad Media. Del 23 de abril al 4 de mayo, las calles y plazas de la villa lucen los colores de las cuatro casas más nobles y las torres y murallas se engalanan con antiguas banderas señoriales. Los actos principales son el encuentro de dragones y diablos, un gran mercado medieval y el espectáculo de la leyenda de Sant Jordi. También se organiza una imponente cena medieval y en toda en la ciudad se recrean escenas de vida cotidiana inspiradas en la Edad Media. Otro de los actos más esperados en la villa es la representación de las Cortes Catalanas que se reunieron en Montblanc en cuatro ocasiones, entre los años 1307 y 1414.
Cebollas y vino
Un paseo por las calles de esta bella población medieval permite descubrir algunos interesantes edificios como la iglesia de Santa María la Mayor (siglo XIV), el antiguo Hospital de la Magdalena (siglo XIV) y los porches de Cal Malet (siglo XVIII), así como regodearse con una excelente gastronomía que se basa en productos de la huerta –los calçots (cebollas tiernas) son célebres– y en unos ricos embutidos, sin olvidar los vinos de la DO Conca de Barberà.
Paeo por las murallas
Montblanc tuvo un importante barrio judío (call) entre los siglos XIII y XIV del que hoy solo queda una calle coronada por un arco de piedra del siglo XIII. Es muy recomendable dar un paseo por las sólidas murallas medievales que tienen un perímetro de 1.500 metros y una treintena de torres. En la página web del municipio de Montblanc se puede consultar un mapa interactivo que resulta de gran ayuda para organizar una ruta a pie por los lugares más emblemáticos de la población.
Montblanc es además encrucijada para recorrer la Ruta del Císter que visita tres de los monasterios más importantes de Europa: Poblet, Santes Creus y Vallbona de les Monges.