Paisajes interminables, naturaleza indómita, un clima impredecible, fauna salvaje y advertencias de que se está entrando en un territorio remoto es lo que todo viajero encuentra haciendo senderismo en Escocia, especialmente en las Highlands. Allí, la normativa progresista de acceso y disfrute de los espacios naturales aprobada en 2003 otorga a los caminantes libertad para atravesar o adentrarse en los mismos con muy pocas restricciones, siempre y cuando se respete el medio ambiente y el modo de vida de las personas. Además, el hecho de que sea una región llena de bothies (antiguas cabañas reutilizadas como refugios para senderistas), la convierte en un destino extraordinario para disfrutar de la naturaleza en toda su plenitud.