Shikoku Henro, un Camino de Santiago a lo japonés

Una ruta de 1.200 kilómetros por 88 templos

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Templo Zentsū-ji

Es el lugar de nacimiento del monje budista Kūkai, el primero en realizar la ruta de Shikoku.

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Awa Kokubunji

Se encuentra en la localidad de Tokushima y es el templo número 15 de los 88 que visitan los peregrinos en su viaje.

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Vestimenta típica

Muchos de los peregrinos que recorren la ruta de los 88 templos van vestidos con el uniforme típico del camino. Este se compone de un traje blanco, un pañuelo, un sugegasa y un bastón. 

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Ryozenji

Es el primer templo de la ruta, y también el último para acabar de completar el cuaderno de viaje por los 88 templos de Shikoku.

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Konsenji

Es el tercer templo de la ruta Shikoku Henro, además de ser uno de los más grandes y coloridos de la isla de Shikoku. 

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Senyū-ji

Se encuentra poco después del ecuador de la ruta (es el número 58) y es uno de los más bonitos, sobre todo por el idílico paraje que lo rodea. 

La isla de Shikoku es una de las cuatro islas principales de Japón. La menos extensa y poblada, aunque para el turismo no ha pasado desapercibida. La mayoría de los viajeros que llegan hasta ella lo hacen para incorporarse a la ruta de los 88 templos, conocida también como Shikoku Henro, un recorrido de 1.200 kilómetros con connotaciones religiosas que atrae cada año a cientos de miles de turistas que se atreven a recorrerla a pie.

Sus orígenes se remontan a hace más de 1.200 años, cuando el monje budista Kūkai (conocido como Kōbō-Daishi tras su muerte) decidió recorrer caminando los templos de Shikoku parándose en cada uno de ellos para meditar. Fue el primero en realizar la ruta, aunque a él también se le atribuye la fundación de los templos y de haber creado la primera secta japonesa de Shingon, cuya sede se encuentra en el monte Koya, cerca de Osaka.

Hoy, viajeros y peregrinos intentan seguir sus pasos. Algunos lo hacen sentados cómodamente en autobús parando para visitar los templos principales; otros, en cambio, lo hacen a pie. En este último caso, el tiempo estimado para completarla es de unos 45 días. A los más religiosos se les distingue rápido, pues el Shikoku Henro cuenta con su propia vestimenta. Los que deciden respetarla llevan un tradicional traje blanco, un pañuelo en el cuello, un sugegasa (el tradicional sombrero en pico de bambú) y un bastón de peregrino. Al igual que ocurre en otras rutas religiosas como en el Camino de Santiago, los participantes también van sellando sus etapas. A muchos de ellos se les puede ver con un libro, el nōkyōchō o shuincho, donde van acumulando las estampas de cada templo.

La ruta comienza y termina en Ryōzenji, cerca de Tokushima, el primer templo que se visita. Solo así la tarjeta de sellos estará completa. En total se recorren unas 40 localidades y el orden de los monumentos se hace en el sentido de las agujas del reloj. La parte más complicada, donde muchos de los peregrinos tiran la toalla, es la zona de Kochi. Esta zona se conoce tradicionalmente como la “tierra del diablo” por las altas temperaturas, las fuertes lluvias y la ausencia de alojamientos, lo que obliga a muchos peregrinos a dormir en el suelo.

Viajar por Shikoku es seguro. Los únicos inconvenientes que uno puede encontrarse son el mal tiempo o el calor extremo. Para evitarlo, la mejor época del año para realizar el camino de los 88 templos es en abril y octubre, aunque también son los meses de más turismo y cuando es más complicado encontrar un albergue.