Foto: LigaDue vía Wikimedia
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El Jardín Botánico
Situado en el límite del centro histórico, este tesoro vegetal pasa desapercibido para los turistas a pesar de ser el mejor espacio verde de la ciudad. Ubicado en la pendiente de una colina, el recorrido desciende por diversos tipos de bosque hasta llegar a un pequeño parque en la zona más baja. Es el lugar ideal para relajarse después de un día de turismo, ya que suele estar muy poco transitado aparte de unos pocos locales. Justo enfrente de la entrada se encuentra el Jardín de los Tolomei, una terraza panorámica desde donde contemplar el atardecer sobre las colinas de Siena.
Foto: Contrada della Civetta
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Los museos de las contradas
Las contradas son los barrios de la ciudad que compiten en la fiesta más famosa de Siena: el Palio, una carrera de caballos que se celebra en verano. En los museos de cada una de ellas se puede admirar la colección de trofeos, vestidos y objetos de la competición que han acumulado a lo largo de los siglos, además de conocer más en profundidad este evento de fama internacional. Para los interesados en asistir al Palio, se celebra el 2 de julio y el 16 de agosto (este año ha sido anulado a causa de la crisis sanitaria por la COVID-19): hay que ir muy temprano para asegurarse un buen lugar en el centro de la Plaza del Campo, o estar dispuesto a pagar mucho para uno de los asientos de tribuna.
El pavimento de mármol del Duomo
La catedral de Siena tiene fama de ser una de las más hermosas de Italia, pero la verdadera joya permanece escondida durante la mayoría del año: se trata de su pavimento de mármol, compuesto por diversos mosaicos con gran lujo de detalles, que retratan escenas de temática histórica y bíblica. Es una de las obras de arte más sofisticadas de Siena, pero para protegerla del desgaste se muestra solo unos pocos meses al año (de agosto a octubre), mientras que el resto del tiempo permanece cubierto. Si pasas por la ciudad en esos meses, esta es una visita imprescindible.
La puerta del cielo
Todavía hay otro secreto por descubrir en el Duomo: desde hace algunos años, entre primavera y otoño se puede hacer una visita guiada a la parte elevada de la catedral: es la llamada “puerta del cielo”, un recorrido por el altillo y la terraza de la nave principal que permite admirar desde dentro esta obra de la ingeniería medieval y disfrutar de cerca de las decoraciones del plano superior, que desde abajo es difícil apreciar. Realizar esta visita durante el periodo en el que se descubre el pavimento permite, además, tener una vista general del conjunto que no se puede conseguir a ras de suelo.
Siena a vista de pájaro
Los paisajes de la provincia de Siena son para muchos los más hermosos de la Toscana. ¿Qué mejor forma que apreciarlos que desde el aire? Las excursiones en globo aerostático son un capricho un poco caro, pero permiten disfrutar de una visión única de la ciudad y sus alrededores. En Siena hay varias agencias que ofrecen recorridos por la provincia, salpicada de pueblos medievales, villas y unos paisajes naturales espectaculares, como las Crete Senesi y las viñas del Chianti. Si quieres permitirte un capricho o hacer un regalo inolvidable, esta es una opción a tener muy en cuenta.
La Toscana en bici
Si esto de volar a cientos de metros de altura no te acaba de convencer, hay otra opción para disfrutar de los paisajes de la Toscana con los pies (o las ruedas) en el suelo: alquilar una bicicleta y salir de excursión. Los alrededores de Siena ofrecen un paisaje rural fantástico entre colinas y viñas, además de muchos pequeños pueblos donde hacer una parada. Mención especial merece la zona del Chianti, situada al norte de la ciudad y famosa por sus viñedos.
Enoturismo
La Toscana es tierra de vinos y Siena en particular es un paraíso para los amantes del enoturismo, con fincas que llevan cientos de años produciendo algunos de los mejores caldos de Italia, como el Brunello o el Chianti. Si eres amante del vino, no te limites disfrutar de elegantes catas en una auténtica villa toscana: realiza una visita a las bodegas para vivir de cerca la fabricación de este oro líquido. Y si quieres una experiencia completa, las agencias de turismo local tienen una gran variedad de tours gastronómicos para probar los mejores productos toscanos como el vino, el queso y, en otoño, las preciadas trufas.
Crete Senesi
En las afueras de la ciudad se encuentran las Crete Senesi, un espectacular paisaje que representa la imagen típica de la Toscana rural: colinas ondulantes, caminos bordeados por cipreses y pequeñas capillas solitarias en medio del paisaje. Si viajas en coche, es un lugar ideal para ir a contemplar el atardecer o para hacer una excursión visitando los pequeños pueblos que salpican esta tierra, como Asciano, Buonconvento y Montalcino. Si buscas la cara más auténtica de la Toscana, un recorrido por las Crete Senesi es obligado.
Palacio Comunal
Aunque sea la cara visible de Siena, muchos de quienes visitan la Plaza del Campo no se molestan en entrar en el Palacio Comunal, la sede del gobierno en época medieval. Gran error, ya que el Museo Cívico que alberga es después del Duomo el edificio más ricamente decorado de la ciudad, con enormes frescos del siglo XIV que retratan la historia de Siena. Y si no temes a las alturas ni a la claustrofobia, subir a la Torre del Mangia (cerrada temporalmente a causa de la situación sanitaria por la COVID-19) te permitirá disfrutar de unas espectaculares vistas del centro histórico y del Duomo.