Toboganes naturales

La Sierra de Guara de barranco en barranco

Este parque natural de Huesca es perfecto para disfrutar de los ríos de mil formas diferentes.


Como un gigantesco queso emmental pero de roca y relleno de agua, la sierra de Guara sorprende por sus cañones fluviales, por sus pueblos encaramados sobre peñas, por sus excelentes vinos y por su sorprendente ruta del vino de Somontano. Este macizo encajado entre los picos del Pirineo de Huesca y la extensión de los Monegros es la joya del barranquismo en nuestro país. El mejor lugar para iniciarse en una actividad perfecta para el verano y que puede realizarse con amigos y también en familia, incluso con niños a partir de 6 años. Lo importante es ir acompañados de especialistas como Guías Boira de Alquézar, conocedores de todos los recovecos, sifones, saltos, toboganes y remansos de los ríos.
 

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Vero

Barranco del Vero. Foto: JJ Campillo

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Cañón del Río Vero

El cañón del Vero es el más famoso y popular de Guara especialmente por su proximidad al pueblo de Alquézar, inicio y final de la jornada. Los recorridos descienden el río completo con sus cuatro caos o tramos de grandes rocas, o el denominado Vero Inferior, que incluye solo los dos últimos caos. Es un cañón muy indicado para familias y grupos de iniciación por su poca dificultad técnica, pues se realiza caminando y los tramos más complicados pueden evitarse dando un rodeo.

Barranco-del-Vero.-JJ-Campillo-(6). Cañón del río Vero

Barranco del Vero. Foto: JJ Campillo

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Cañón del río Vero

La ruta empieza en pleno Alquézar. Con el neopreno y el casco a cuestas a modo de mochila el grupo emprende el camino hacia las afueras del pueblo. Se sigue un empinado sendero hasta el collado de San Lucas desde donde ya se ve el fondo del barranco. Se flanquea durante un rato hasta que de repente el sendero se estrecha y desciende hasta el río. Es el momento de beber y comer algo, enfundarse los trajes de neopreno y darse el primer chapuzón. A partir de ahí serán casi 3 horas andando con el agua en ocasiones por los tobillos, otras por la cintura o hasta la barbilla, trepando por rocas como gatos o encogiendo las piernas para pasar entre piedras que parecen haber sido apiladas caprichosamente por un gigante. A la hora y media aproximadamente, se realiza una pausa para descansar, zamparse un buen bocadillo, frutos secos o alguna fruta y, sobre todo, beber mucha agua. El divertimento saltando entre rocas continúa hasta el puente románico de Villacantal, donde empieza el retorno a pie hasta Alquézar. 

iStock-1064733208. Pasarelas del Vero

Foto: iStock

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Pasarelas del Vero

Este camino pegado a la roca bordea el curso del Vero a su paso bajo la peña sobre la que se erige la colegiata de Alquézar. La opción corta mide 2 km, y la larga, 3 km. Desde hace unos años es obligatorio pagar una tasa de acceso que incluye casco. El camino está indicado desde la plaza mayor de Alquézar. Empieza con un descenso empinado, a la sombra, por el barranco de la Fuente, que con la ayuda de escaleras y pasarelas de madera baja rápidamente hasta la orilla misma del río. Este es el punto donde finaliza el descenso por el cañón del Vero. A partir de ahí, una pasarela metálica se encarama por la pared y sobrevuela el río hasta la vieja presa y la antigua central hidroeléctrica de Alquézar. El camino que regresa al pueblo permite contemplar el paisaje de olivos, encinas y viñas de la sierra de Guara.

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Barranco de la Peonera. Foto: JJ Campillo.

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Barranco de la Peonera

El barranco de la Peonera del río Alcanadre es, junto al del Vero, el otro cañón más recomendado para familias y principiantes. Y no solo porque no tiene tramos de dificultad técnica, sino por la variedad de diversión que ofrece desde el primer minuto. La aproximación dura unos 45 minutos, descendiendo por un sendero que se va estrechando y empinando hasta caer casi encima del agua, en una zona de grandes rocas. A partir de ese punto comienzan cuatro horas de emoción: toboganes de piedra, pequeños e inofensivos sifones, cuevas y galerías por las que nos lleva la corriente… Y saltos, muchos y muy altos, de hasta 9 m de alto. Todo un reto para las reservas de adrenalina. El guía señala el punto en el que hay que tirarse y, a la de tres, con los brazos pegados al cuerpo y de palillo, uno se lanza al agua.

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Barranco de la Peonera. Foto: JJ Campillo.

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Barranco de la Peonera

La fuente de la Tamara es el punto intermedio del recorrido. Una curva del río Alcanadre deja espacio para una playa que algunos caminantes alcanzan a pie desde el aparcamiento de la Peonera, entre los pueblos de Bierge y Rodellar. El final del descenso por el río alcanza el salto del Bierge, una presa con una playita fluvial que desde hace poco ha limitado el número de visitantes. 
 

Barranco-de-Mascún.-M-Olivera. Mascún y Formiga

Barranco del Mascún. Foto: M. Olivera

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Mascún y Formiga

En primavera, el Mascún Inferior es el rey de los barrancos de iniciación y para familias. Guías Boira lo recomiendan por sus numerosos tramos acuáticos y la corta aproximación al inicio del barranco, de solo 10 minutos. No obstante, los más atrevidos tienen tramos más vertiginosos en el tramo alto de este barranco (Mascún superior).

Aunque el Formiga es perfecto también para iniciarse, destaca por ser el más completo de la sierra en cuanto a diversidad de tramos y posibilidades barranquistas: pasamanos, rapel acuático, saltos, sifones, toboganes… Un festín de río para pequeños y mayores.

iStock-462889317. Alquézar: la fortaleza de Guara

Foto: iStock

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Alquézar: la fortaleza de Guara

El castillo árabe (al-qsar) transformado en colegiata que dio nombre al pueblo es lo primero que se divisa de Alquézar cuando se llega por la carretera que remonta el valle del río Vero desde Barbastro. Aparece de improviso, al tomar una curva. Un núcleo de casas apiñadas en torno a ese monumental edificio erigido al borde del cañón más famoso de Guara, el del Vero. El coche hay que dejarlo en alguno de los aparcamientos públicos situados sobre el núcleo histórico. Sus calles son un pequeño laberinto de calles largas que contornean la ladera del monte sobre el que se alza la colegiata. Con subidas y bajadas, pasos bajo arcos y galerías, el paseante descubrirá viejos portalones, escudos grabados en los muros y edificios asomados al vertiginoso barranco del Vero. La oferta gastronómica se ha ampliado en los últimos años con restaurantes que combinan los productos típicos de la región con recetas innovadoras. Aunque, por supuesto, la longaniza de Graus sigue siendo la estrella de todas las cartas, sobre todo como recompensa tras una jornada triscando por el monte o por el río.

iStock-874094580. Escalada en Rodellar

Foto: iStock

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Escalada en Rodellar

Este pueblo es el punto de partida de la ruta del barranco del Mascún y también el acceso a una espectacular zona de escalada. En el puente de las Cabras o de Pedruel se reúnen grupos de barranquistas, senderistas y escaladores, todos con el mismo objetivo: disfrutar de la naturaleza de Guara, bien sea desde el río, andando o trepando por las paredes del barranco del Mascún. La dificultad de las vías de escalada, con desplomes y bóvedas que sobrevuelan el río, atrae a deportistas de toda España y también internacionales.

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