Paraíso de extrarradio

Siete playas donde refrescarse muy cerca de Barcelona

A tan solo unos kilómetros del trajín de la ciudad se esconden algunos extensos y finos arenales que invitan a remojarse y disfrutar de la calma del extrarradio.

A pesar de la gran fama de la playa de la Barceloneta, la más trendy y también la más visitada por los turistas en la capital catalana, la Ciudad Condal ofrece pequeñas perlas a pocos minutos del centro en transporte público. Con 33 playas con bandera azul y otras tantas, además de calas, donde vale la pena estrenar el bañador, la provincia tiene, sin duda, un gran atractivo en su costa, y esta es una selección de algunos de los mejores arenales que lo corroboran.

Playa de Las Rocas (Calella)
Turisme de Calella

Playa de Las Rocas (Calella)

Rompiendo con la estética del resto de playas del Maresme, caracterizadas por tratarse de arenales finos y extensos, la playa de Las Rocas se asemeja mucho más al perfil costero de la Costa Brava. Está formada por cuatro calas (Rocapins, La Vinyeta, Cala d'en Pere y Roca Grossa) y su paisaje está rodeado de aguas cristalinas, pinos, rocas y acantilados. A pesar de la singularidad de este espacio, se encuentra en el núcleo urbano de Calella por lo que su acceso es sencillo y la estación de tren se sitúa prácticamente a pie de playa.

Playa del Puente del Petróleo (Badalona)
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Playa del puente del petróleo (Badalona)

En 1965 se construyó el puente del petróleo, una estructura que se adentra 250 metros en el mar y que durante décadas se utilizó como pasarela para que los buques petroleros descargaran el oro negro. Hoy, el puente es un icono de esta playa de Badalona aunque no el único. Justo al inicio del puente se instaló una escultura de un mono sosteniendo la famosa botella de anís. Sus facciones llaman la atención pues dice la leyenda que es la cara de Charles Darwin debido a que los fundadores de la mítica bebida se mostraban muy contrarios a la teoría de la evolución propuesta por el naturalista británico. Ya sea por el entramado de iconos o por la gran extensión que ocupa el arenal, siempre congrega a multitud de bañistas y aficionados a los deportes acuáticos.

Playa(s) de Castelldefels
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Playa(s) de Castelldefels

Una vez dejado atrás el macizo del Garraf, la montaña se deshace en una playa (o más bien tres) de casi cinco kilómetros: la de la Pineda, la de Lluminetes y la del Baixador (estas dos últimas con bandera azul). Uno de sus grandes atractivos es el sistema dunar que crece en los límites del arenal y que tiñe toda la costa de un lila muy característico gracias a las plantas que crecen en ellas. El proyecto forma parte de un plan de conservación, protección y mejora de la calidad medioambiental de la zona que trabaja por recuperar un ecosistema perdido décadas atrás. También cabe destacar que muchas veces se ha comparado esta playa con la famosa Miami Beach debido a sus dimensiones y sus icónicas torres de vigilancia.

Playa de San Sebastián (Sitges)
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Playa de San Sebastián (Sitges)

Reconocida en 2013 por The New York Times como la mejor playa urbana de Europa, la playa de San Sebastián, en Sitges, luce intensa y llena de vida. Aunque lo pueda parecer, no tiene nada que ver con la capital de Guipúzcoa, sino que su nombre proviene de la ermita ubicada justo encima del arenal. No obstante, sí que existe una afinidad innegable con la ciudad donostiarra. De hecho, en pleno paseo marítimo se encuentra un segmento de la barandilla original situada en la Bahía de la Concha. Siguiendo con las coincidencias, muy cerca de esta playa de no más de 200 metros se organiza un festival de cine internacional, al igual que su compañero euskaldún. Se trata del Festival Internacional de Cine Fantástico de Cataluña que durante una semana recibe a actores y directores de todo el mundo. 

Playa del Garraf
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Playa del Garraf

La playa del Garraf, además de estar ubicada entre los cerros abruptos de la sierra de Coma Roja, se caracteriza por las 33 casetas de pescadores que flanquean el arenal. Pequeñas estancias que hoy se han convertido en segundas residencias, la mayoría propiedad de los antiguos marinos. El pequeño centro urbano se levanta sobre este enclave mezclado de arena fina, rocas y aguas llamativamente azules. Un lugar que cuenta con estación de tren propia y otras instalaciones que la convierten en un destino inmejorable para disfrutar de un día exótico sin hacer demasiados kilómetros. 

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Playa de Ocata
Foto: Turismo de Cataluña

Playa de Ocata

Situada en el municipio del Masnou, en la parte norte de la costa barcelonesa, la playa de Ocata se caracteriza sobre todo por sus grandes dimensiones. Con una longitud de 2.5 kilómetros y casi 50 metros de ancho, Ocata es un lugar perfecto para cualquier tipo de persona, desde los deportistas que pueden practicar diferentes modalidades tanto en la arena como en el mar, las familias que desean pasar un día de playa tranquilos, los pescadores arrimados al espigón e incluso los que prefieren disfrutar de la playa al desnudo,pues existe una parte de esta reservada para naturistas. Además, este arenal, como el resto de los que se encuentran en El Maresme, es de fácil acceso en tren, ya que el ferrocarril delimita y acompaña el inicio de la playa a lo largo de la costa.

Playa de Les Moreres (Montgat)
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Playa de Les Moreres (Montgat)

La playa de Les Moreres puede parecer pequeña, pero su ambiente familiar y acogedor la hace ser una de las más populares de Montgat. Adosada a su colina, por donde pasa la primera línea de tren que se estableció en todo el país, ofrece una arena de grano fino y color dorado a lo largo de sus 218 metros, protegida por un espigón a un lado. Cercano a la playa, un parking ocupa el antiguo espacio de una fábrica, por lo que su acceso se hace aún más fácil. Una pasarela para peatones y ciclistas rodea el litoral hasta Premià de Mar, con lo cual hay una gran afluencia de caminantes por el paseo que queda a sus espaldas, que también ofrece un chiringuito para refrescarse de las altas temperaturas.

Playa del Prat
Ayuntamiento del Prat de Llobregat

Playa del Prat

Durante muchos años, esta playa (conformada por la del Remolar, la Roberta i la Ricarda) vivía marginada por su cercanía al aeropuerto y por la mala calidad de sus aguas. Sin embargo, la instalación de una depuradora de agua en los alrededores y el hecho de que las pistas de despegue siguen ejerciendo de frontera han permitido que este arenal destaque por ser uno de los mejores conservados del Área Metropolitana. Una extensa y tupida pineda aísla un poco más este paraje en el que no hay rastro de edificación. Sus aguas tranquilas y limpias hacen las delicias de bañistas que vienen a este punto para disfrutar de un mar en calma. Al igual que su compañera, la playa de Castelldefels, se lleva a cabo una estrategia de conservación y protección del ecosistema autóctono. Tanto es así, que muy cerca de la playa se encuentra el Centro de Recuperación de Animales Marinos (CRAM), reconocido internacionalmente.