Patrimonios de la Unesco

Las sorpresas que esconden estos cinco kremlins de Rusia

Como si fueran las típicas muñecas matriuskas rusas, estos recintos amurallados esconden en su interior otros monumentos, que a su vez guardan museos magníficos y grandes tesoros artísticos.

Igual que una bonita matriuska, que en Rusia es símbolo de fertilidad y maternidad, los históricos recintos de los «kremlins» son otro destacado emblema de la tradición y la cultura rusas. Su nombre (kryeml) ya se utilizaba en la Edad Media para designar la ciudadela de un asentamiento. Desde el siglo XIII, cuando se fundó el Principado de Moscú, y hasta la época zarista que comenzó en el siglo XVI –Iván el Terrible fue el primer monarca en adoptar el título de zar–, las ciudades más importantes de aquel extenso territorio –Rusia es hoy el mayor país del mundo– no se rodeaban de murallas, sino que agrupaban sus tesoros todos juntos en el corazón de la urbe donde, allí sí, erigían un kremlin para protegerlos, con sus murallas y defensas. Por eso, cuando hoy se visitan estos recintos fortificados, tras un sobrio exterior aparecen esplendorosas catedrales, iglesias y palacios de soberanos. Junto a los cinco kremlins rusos de este artículo declarados Patrimonio de la Humanidad, el país conserva los de Pskov, Smolensk, Rostov, Tula, Nizhni Nóvgorod, Tobolsk, Kolomna, Zaraisk y Astracán.

 

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iStock-614724736. Kremlin Moscú

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Kremlin de Moscú

El de Moscú es el más famoso de los kremlins de Rusia. Su recinto fortificado se asoma por el sur al río Moscova y tiene la Plaza Roja que se abre en los flancos este y norte de su muralla, mientras por el oeste lo limita el extenso Jardín de Alejandro. La historia del recinto comenzó en el siglo XII, cuando para proteger al asentamiento medieval se excavó un foso a su alrededor y se erigieron murallas. En aquellos tiempos, el recinto fortificado servía para proteger a la población de los ataques y a su colonia de mercaderes y artesanos. Tras resistir asedios de tártaros y mongoles, en el siglo XIV Moscú se alzó como capital de un Principado que adquirió su nombre. Fue entonces cuando se levantó un kremlin más seguro que, además de bastión, se convirtió en la residencia de los príncipes de Moscú y posteriormente en la de los zares. A partir de 1918, cuando el gobierno soviético entonces en el poder trasladó la capital desde Petrogrado (San Petersburgo) a Moscú, los presidentes de aquel país también pasaron a residir entre sus murallas.

Reconstruido en numerosas ocasiones desde la Edad Media, el kremlin de Moscú contiene magníficos edificios religiosos y palaciegos. Entre los primeros destacan las Catedrales de la Dormición, del Arcángel Miguel y de la Anunciación; la Iglesia de los Doce Apóstoles y la de la Deposición del Manto de la Virgen; las Cámaras del Patriarca y el Campanario de Iván el Grande. En cuanto a los palacios se hallan el del Senado, el Gran Palacio, el de las Facetas, el Palacio Poteschny, el Estatal del Kremlin, el Palacio del Arsenal y el de la Armería, todos con suntuosas estancias y algunos sedes de museos. Por ejemplo el de la Armería, uno de los más importantes de la ciudad donde, entre otros tesoros, se exhiben los 52 huevos que los distintos zares encargaron entre 1885 y 1917 al orfebre Fabergé –en total este creó 62 joyas– y donde su fondo de diamantes se muestra en cubos rebosantes de estas piedras preciosas. Entre otras curiosidades de este kremlin, en los jardines se pueden ver el Cañón del Zar y la Campana del Zar, la más grande del mundo, que nunca pudo ser instalada en el campanario al que estaba destinada, ya que la vibración de su tañido hubiese hecho peligrar sus muros.

Iván III de Rusia mandó en el siglo XVI derribar las casas de madera que rodeaban el kremlin moscovita, principalmente para contener los incendios. Así, de forma indirecta, nació la icónica Plaza Roja de Moscú donde, entre otros edificios significativos, destaca la Catedral de San Basilio, con sus cúpulas de colores, que originalmente eran doradas. Si el exterior resulta llamativo, sus colores se intensifican en el interior con frescos, pinturas e iconostasios. Este templo se construyó en el siglo XVI con motivo de la victoria de Iván IV en la batalla de Kazán. En 1990, el kremlin de Moscú junto a la Plaza Roja se incorporaron al Patrimonio de la Humanidad.

iStock-1167632853. Kremlin Kazán

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Kremlin de Kazán

En una región surcada por el río Volga, el kremlin de la ciudad de Kazán es la principal ciudadela de la República de Tartaristán, una de las integrantes de Rusia. Fue erigido en aquel territorio por deseo de Iván el Terrible (1530-1584), sobre las ruinas de un bastión anterior que fundaron los kanes, gobernantes mongoles del entonces Kanato de Kazán. Conserva numerosas construcciones, entre las que destaca la estilizada Catedral de la Anunciación (1554-1562), levantada sobre una mezquita anterior que tenía ocho minaretes. Se trata de la única iglesia de Rusia sostenida sobre seis pilares y cinco ábsides, edificada con la piedra arenisca blanca de la zona y coronada por cúpulas cubiertas de brillantes tonos azul y dorado. En tiempos de Iván el Terrible estaba culminada con torres de cinco niveles, pero fueron derribadas por los soviéticos en las revueltas de 1930.

Cuando se recorre el recinto, también se pueden admirar la Catedral de la Transfiguración del Salvador y la Iglesia de San Nicolás, ambas del siglo XVI, aunque remodeladas ya que fueron muy dañados en tiempos de Stalin. También sobresalen la Mezquita Qol-Särif, recientemente reconstruida, y la Casa del Gobernador (1843-1853), hoy residencia del presidente de la república. Una curiosidad del recinto es la llamada Torre del Secreto, que ocultaba el mecanismo que abastecía de agua la ciudad. Otro elemento significativo es la Torre Syuyumbiké, de 59 m de altura y algo inclinada, que se remonta a la época de Pedro I de Rusia (siglo XVII). El monumento es muy popular en la región por ser el escenario de la leyenda más romántica de Kazán: la princesa Syuyumbike iba a ser obligada a contraer matrimonio con Iván el Terrible, pero esta dijo que aceptaría si el príncipe construía para ella la torre más alta de su reinado. Así lo hizo. Y entonces la princesa se lanzó al vacío desde lo más alto. El año 2000, el kremlin de Kazán pasó a formar parte del Patrimonio Mundial de la Unesco. 

iStock-675330700. Kremlin de Novgorov

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Kremlin de Nóvgorod

El kremlin de Nóvgorod se asienta a orillas del río Vóljov, dominando una hermosa vista sobre el curso fluvial. Las primeras referencias al recinto datan de 1044, aunque desde entonces ha sido ampliado y modificado en múltiples ocasiones, como sucede en todos los kremlins de Rusia, frecuentemente atacados para la conquista de ciudades y el saqueo de sus tesoros. En este caso, hay documentos que muestran que en el siglo XII existía un recinto contenido por terraplenes de tierra y postes de madera, y que solo en el siglo XIV se fortificó con muros y torres de piedra. La fortaleza tal y como hoy la vemos data del siglo XV, cuando el gran príncipe moscovita Iván III conquistó la ciudad. En este kremlin, las cúpulas de la Catedral de la Santa Sabiduría están recubiertas de plata, mientras que la Catedral de Santa Sofía, de estilo bizantino, es uno de los templos más antiguos del país (1045-1052) y la auténtica joya de la ciudad. Tras el austero exterior fortificado del kremlin, pensado para soportar ataques y disuadir a los asaltantes, las iglesias que contiene dan cobijo a refulgentes iconostasios del siglo XIV. Por su lado, dos de sus palacios albergan el Museo de Nóvgorod y la Biblioteca Regional, ambos creados en época zarista. El recinto incluye la pequeña Iglesia de la Intersección de la Madre de Dios, la Torre Kokúi y la Iglesia de San Andrés, cuyo campanario del siglo XV sigue regalando vistas amplias sobre la ciudad. En la actualidad, una playa artificial ocupa el espacio que se extiende desde el kremlin de Nóvgorov al río Vóljov, donde además hay un muelle desde el que zarpan barcos que dan paseos por la zona. El centro histórico de la ciudad junto a su kremlin son Patrimonio Mundial desde 1992.

iStock-823399610. Suzdal

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Kremlin de Súzdal

Los canales serpenteantes, los prados cubiertos de flores y las cúpulas perfilan el horizonte de la ciudad de Súzdal que conserva un centro histórico y un kremlin de fisonomía medieval, que además es uno de los más antiguos del país, ya documentado el año 1024. Fue erigido estratégicamente en una curva del río Kamenka, protegido en tres de sus flancos por el cauce fluvial, y en el cuarto por un foso militar. Dentro de su perímetro se alzan la Catedral de la Natividad de la Virgen, fundada en el siglo XIII, que destaca sobre las murallas con sus cúpulas azules salpicadas de oro. La parte inferior de la fachada del templo conserva la piedra blanca original, con la que fue construido este y otros monumentos de la región. Su interior es suntuoso, con muros recubiertos con frescos y damasquinados medievales de oro sobre cobre. El kremlin de Súzdal daba protección a dos iglesias de San Nicolás, una de madera de 1766, que fue traída desde la aldea de Glatovo, y otra en piedra del siglo XVIII: muy dañanas en época soviética, han empezado a reconstruirse. Hoy prevalece también el Convento de María Protectora, donde se clausuraban las damas de linaje como las esposas de los zares Iván III el Grande, Basilio III y Pedro I el Grande. Por su parte, el Palacio del Arzobispo es hoy un museo donde se narra la historia de la región. El año 1992, los Monumentos Blancos de Vladímir y Súzdal, entre los que se halla este kremlin, fueron incluidos juntos en la lista del Patrimonio Mundial.

shutterstock 1793885647. Solovetsky

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Monasterio de Solovetsky

El conjunto monumental de las islas Solovetsky, entre el que se halla su kremlin, forma parte de la Unesco desde 1992. Su historia comenzó cuando dos monjes procedentes del Monasterio de Kirilo-Belozerski, en el siglo XV el más grande y mejor fortificado del norte de Rusia, llegaron a este rincón del Mar Blanco con la idea de fundar un pequeño convento. Creado en 1492, hoy se ha convertido en la Catedral de la Transfiguración, el alma de estas islas y el corazón de su kremlin, un recinto rodeado por una imponente muralla con seis robustas torres rematadas con icónicos tejados de madera. Situado junto a la bahía de la Prosperidad, además de la citada Catedral, de muros blancos en el exterior y un interior recubierto de iconostasios, acoge más edificios religiosos, como la Iglesia de la Anunciación (siglo XVI), y otros muchos con fines domésticos, como un refectorio de 500 metros cuadrados y un molino de agua de inicios del XVII.

El Monasterio de Solovetsky fue creciendo como una próspera encrucijada comercial del Mar Blanco, en el norte de Rusia. En su época más activa, sus principales fuentes de ingresos provenían de las salinas, la pesca y la producción de marisco, la creación de trampas, la fundición de hierro y el cultivo de perlas. En el siglo XVII, este kremlin acogía a una comunidad de 350 monjes, además de otras 600 personas entre sirvientes, artesanos y campesinos. Durante todo aquel tiempo, fue el mayor kremlin de la Cristiandad y del norte de Rusia. Y por su ubicación próspera y estratégica, también una destacada fortaleza fronteriza, que protegían docenas de cañones y una guarnición permanente de soldados. Se convirtió, además, en un depósito de manuscritos y libros antiguos, así como en un jardín de plantas exóticos que cultivaban los religiosos. Tras la revolución bolchevique de 1917, los soviéticos clausuraron el monasterio. A partir de 1926 y hasta 1930, fue convertido en uno de los primeros campos de trabajos forzados del Gulag, donde los presos se dedicaban principalmente a la tala de árboles. En la actualidad vuelve a estar ocupado por una pequeña congregación de una docena de monjes. 

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