En el año 2000, un joven Leonardo DiCaprio protagonizó la película The Beach, donde un chico viaja en busca de una playa recóndita que no había sido colonizada aún por los turistas. La ironía es que el lugar donde se rodó la cinta, Maya Bay, una playa ubicada en la isla de Phi Phi Ley, en el sur de Tailandia, acabo inundada por el turismo a causa de la fama que el mismo filme le granjeó. El turismo creció durante años hasta que se hizo insostenible, obligando a cerrarla indefinidamente en 2018. Ahora, las autoridades han hecho pública la fecha de reapertura: 1 de enero de 2022.
El agua azul, los acantilados abrazando la bahía, la arena blanca y el clima paradisíaco de este rincón del mundo han sido explotados al máximo por los visitantes durante años. A pesar de la vigilancia, el libre albedrío desbordaba a los agentes. El director de Parques Nacionales del país, Songtam Suksawang, lo dejó muy claro en junio de 2018: “el ecosistema está gravemente dañado”.
Y no es para menos: se calcula que 5.000 turistas y 200 barcos llegaban diariamente a sus costas. La basura, la crema solar y la contaminación de los botes, las anclas que dañaban el fondo marino y los turistas que alimentaban a los peces y se llevaban el coral como trofeo había destruido el 80% del arrecife para aquel entonces. Las multas de 12 libras no frenaban a quienes podían pagar esa cantidad cada día para hacer y deshacer a su antojo.

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En un primer momento, se decidió cerrar el lugar durante cuatro meses, debido a que el lugar generaba mucha riqueza. Por suerte, activistas y expertos medioambientales se opusieron, ya que, para que la biodiversidad se recuperase, hacía falta un mínimo de dos años, el tiempo suficiente para que el coral recuperara, al menos, un centímetro de tamaño.
Durante este tiempo se han plantado más de mil corales y se prevé que el numero aumente. El ministro de Recursos Naturales y Medio Ambiente de Tailandia, Varawut Silpa-Archa, ha asegurado a los medios que la famosa playa tailandesa volverá a abrir el 1 de enero de 2022 y con nuevas medidas, más restrictivas, para preservar su rica biodiversidad. Los barcos no podrán atracar en la bahía y tendrán que hacerlo en un muelle cercano. El acceso a la playa será solo de 10 de la mañana a 4 de la tarde y se limitará a 300 personas, que podrán estar una hora en la playa y usar una zona delimitada para poder bañarse.