Es verano y apetece playa. Una de las mejores opciones para refrescarse es disfrutar del Mar Mediterráneo y sus fantásticas playas. Pero además de sol y aguas cristalinas, el litoral mediterráneo está también plagado de ruinas de antiguas ciudades que hace siglos fueron importantes centros de grandes civilizaciones que una vez dominaron el llamado “Mare Nostrum”. Templos antiguos, columnas que se resisten a ceder al paso del tiempo y teatros de bella factura dominan el paisaje de la costa con un elemento común en todos ellos: su proximidad al mar y un encanto irresistible para visitar estas ruinas entre baño y baño.