Teruel tiene todo lo que necesita un niño para pasar unas vacaciones a lo grande sin necesidad de pasar por el nada original binomio sol-playa: rutas de dinosaurios, castillos con enjundia, cielos impolutos para iniciarse desde pequeños en la observación de las estrellas y minas para ser exploradores por un día son algunas de las propuestas que esta provincia ofrece a las familias. A todas estas actividades hay que sumarle la rica gastronomía local que tienen en el jamón (los chicos suelen ser de paladar fino y arrasan con un plato de este manjar turolense) uno de sus grandes abanderados.