A excepción de Belfast, Dublín y otras ciudades como Galway, Londonderry o Cork, el territorio de la isla esmeralda es un caleidoscopio de castillos medievales, enormes acantilados que delimitan la superficie de manera abrupta y suaves colinas recubiertas por mantos perennes de hierba fresca, tréboles y plantas silvestres. Y es que este territorio salvaje se presta a la fantasía, y más desde que los celtas llegaran a la isla hacia el 900 a.C y sellaran para siempre en tierra gaélica una cultura estrechamente conectada con la naturaleza, rica en tradiciones paganas, rituales como el Samhain (actual Halloween) y multitud de leyendas que tienen como protagonistas hadas, duendes y otros seres mágicos.
Eire es evocadora per se. Un solo vistazo a sus famosos acantilados o paisajes como la Calzada del Gigante basta para dar rienda suelta a la imaginación y empezar a crear mundos fantásticos, arcaicos en su estética, de estilo medieval, regidos por clanes familiares y dominados por criaturas fantásticas como dragones y ninfas o personajes mágicos como brujos o nigromantes. Pero ahora ya no hará falta echar mano del ingenio, pues en 2021 está previsto que abra el primer parque temático de Juego de Tronos en Irlanda del Norte, que más allá de la serie podría ser perfectamente un enorme museo sobre la identidad fantástica de la zona. Esto es todo o que se conoce hasta el momento.