Más allá de la residencia oficial de Buckingham Palace, Isabel II pasó largas temporadas en otras propiedades reales. La última, el castillo de Balmoral, donde falleció el pasado 8 de septiembre, pero también el palacio de Windsor, ubicado a tan solo 40 kilómetros de Buckingham Palace y donde, entre otras largas estancias, pasó los meses de confinamiento. La reina regresará allí el 19 de septiembre, cuando se traslade el ataúd de roble después del gran funeral de Estado, concretamente en la Capilla de San Jorge.
Se espera que el Duque de Edimburgo, que desde 2021 yace en la Bóveda Real de dicha capilla, sea reubicado para descansar junto con la reina en la Capilla Conmemorativa del Rey Jorge VI, que se encuentra en otro lugar dentro de la misma. Aquí también se encuentran los restos del Rey Jorge VI y de la Reina Isabel (la Reina Madre) y las cenizas de la princesa Margarita. Además, la capilla de San Jorge ha acogido importantes bodas reales, como la de la princesa Margarita con su primer marido y la del príncipe Harry y Meghan Markle.

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Construido por Guillermo el Conquistador en el siglo XI, a lo largo de los siglos el castillo de Windsor ha servido de residencia de otros royals y de refugio durante duros momentos de la historia, como la Segunda Guerra Mundial, cuando la reina Isabel II era todavía una niña.
En sus cinco hectáreas se encuentra el castillo, de torre redonda y estilos georgiano y victoriano con algunos toques góticos, tres murallas y varias extensiones de campo donde la reina se escapaba a montar a caballo.