
Cada último miércoles de agosto, en la ciudad valenciana de Bunyol tiene lugar una de las batallas más originales y curiosas del panorama festivo español, la Tomatina. Situada a unos 55 kilómetros de Valencia, esta población espera con deleite el momento en que se inicia esta original «guerra», que es uno de los actos principales de sus fiestas mayores. Durante una hora el universo de los participantes se vuelve rojo y viscoso, en sesenta minutos se lanzan más de 129 toneladas de tomates que llegan en camiones cargados hasta los topes. La batalla se celebra en un recinto cerrado y para participar es imprescindible adquirir una entrada. Desde la página oficial de la Tomatina ofrecen unos consejos básicos para disfrutar de la contienda, como llevar ropa y calzado cómodos y viejos y no olvidar unas gafas de buceo.
Historia de la fiesta
El origen de la fiesta no se remonta a tiempos lejanos, ni tiene sus raíces en creencias ancestrales, si no que fue fruto del azar. En 1945 y durante las fiestas de Bunyol, un grupo de jóvenes intentó incorporarse a uno de los desfiles populares y con el ímpetu de la edad hicieron caer a uno de los participantes. Éste hecho un basilisco empezó a golpear todo lo que encontró a su alrededor, incluido un cesto de tomates. Al año siguiente, los jóvenes de Bunyol, trajeron los tomates de casa y empezaron a utilizarlos como proyectiles. La costumbre, que fue aumentando y afianzándose año tras año, estuvo prohibida en diversos periodos y no fue hasta 1983 cuando se consolidó con gran éxito. Desde entonces no ha cesado de crecer el número de participantes y su popularidad, hasta llegar a los 45.000 de la pasada edición.
Más allá de Bunyol
Durante estos treinta años la fiesta del tomate ha traspasado fronteras hasta llegar a lugares tan lejanos como Japón donde el próximo año se va instalar una atracción basada en la Tomatina; también en Estados Unidos ha calado la celebración con varias «batallas» en Chicago, Nueva York o Denver que tienen lugar un par de meses antes de la de Bunyol.
Un paseo por Bunyol
Quienes se acerquen a Bunyol durante estas fiestas deben aprovechar la oportunidad y dar un paseo por esta ciudad que guarda bellas iglesias del siglo XIII y está presidida por un imponente castillo medieval, así como visitar el entorno lleno de rincones naturales a los que se accede por una amplia red de senderos señalizados.