A Tossa de Mar se la conoce mundialmente por ser uno de los iconos de la Costa Brava. Y sin embargo, a pesar de esta gran popularidad, pocos viajeros se animan a conocerla en profundidad. Una pena si se tiene en cuenta el muestrario de atractivos inesperados que tiene. Ya en los años 30 atrajo a toda la bohemia de Europa y algunos veraneantes ilustres se animaron a pasar largas temporadas, creando un ambiente creativo que hoy sigue siendo contagioso.