Bien protegidas

Trece ciudades amuralladas con muchísima historia

Magníficas fortificaciones que fascinan por lo que guardan... y por cómo lo hacen.

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iStock-500281319. Pingyao, China

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Pingyao, China

Conocida como la «ciudad de los tres tesoros», y la muralla es un de ellos, esta urbe fue un antiguo y potente centro textil lo que motivó que si tuviera que proteger con altos muros de doce metros de altura y más de seis kilómetros de longitud. La fisonomía de la bella ciudad fundada en el año 1300 responde a la imagen que debió tener Marco Polo a su llegada a estas latitudes, pues su casco antiguo ha sido poco alterado y se considera que es uno de los mejor conservados de China. Es Patrimonio de la Humanidad.

iStock-701103606. Khiva, Uzbekistán

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Khiva, Uzbekistán

Forma parte de la Ruta de la Seda, que transita por otras ciudades míticas como Samarcanda y Bukhara, pero Khiva es la que conserva su patrimonio más inalterado. Buena muestra de ello son sus poderosas murallas de doce metros de altura y dos kilómetros de longitud que en su origen se construyeron para proteger un oasis en mitad del desierto. Para las caravanas, en su periplo por estas áridas tierras, el agua era de suma importancia por lo que las murallas de Khiva tuvieron un papel estratégico fundamental. La ciudad que creció entre a su resguardo es conocida como Itchan Kala.

iStock-1284298847. Carcassonne (Francia)

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Carcassonne, Francia

Su aspecto desde lejos, con sus contundentes torreones y anchos muros, su foso y puente levadizo transporta a un mundo de leyendas y grandes historias épicas. Esta imagen se debe a una profunda rehabilitación que tuvo lugar en el siglo XIX y cuyo artífice fue el arquitecto e historiador Viollet-le-Duc. Esta fortaleza inexpugnable se construyó en el siglo XII y consta de un muro exterior de 1.672 metros de largo y otro interior de 1.300 metros, entre ambos se extiende el paseo entre murallas, muy recomendable. Intramuros, está la Cité, la ciudad antigua que conserva sus callejuelas, edificios medievales, un gran castillo y un montón de restaurantes y tiendas de recuerdos.

iStock-1211099250. Ávila

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Ávila

Con un perímetro de 2,5 kilómetros (abarca un área de 33 hectáreas), 87 torreones, 9 puertas y 2.500 merlones, el de Ávila es el recinto amurallado mejor conservado del mundo. Aunque empezó a ser construida en el siglo V, fue en la Edad Media cuando adquirió la magnificencia de la que hoy todavía somos testigos. Su contundencia no solo es visual, ya que fue levantada sobre roca caliza y algunos algunos tramos de sus muros tienen hasta tres metros de grosor. Se puede visitar buena parte de su trazado y es accesible desde Casa de las Carnicerías, la Puerta del Alcázar y la Puerta del Puente.

shutterstock 248980336. Fez, Marruecos

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Fez, Marruecos

Es una de las cuatro ciudades imperiales de Marruecos, junto a Marrakech, Meknés y Rabat. Alberga la medina más grande y auténtica del país, rodeada por murallas que esconden un laberinto de callejuelas, artesanos, curtidurías y un mundo intenso y auténtico que hay que descubrir y disfrutar paseando.

shutterstock 1421563601. Tallin, Estonia

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Tallin, Estonia

La muralla fue construida en distintas fases entre los siglos XIII y XVI y estaba originariamente fortificada con 46 torres, de las que hoy veinte se mantienen en pie. Con una altura que alcanza los 16 metros, hoy se conserva un tramo de dos kilómetros que rodea la ciudad. Las mejores vistas del conjunto amurallado se obtienen desde el mirador Paktuli en la colina de Toompea (ciudad alta). La imagen de la antigua Tallin recuerda la importancia de esta capital báltica como puerto estratégico.

iStock-882881582. Dubrovnik, Croacia

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Dubrovnik, Croacia

Ragusa, el nombre de esta ciudad hasta el siglo XX, fue una ciudad estado muy potente durante siglos. De ahí que haya conservado tan bien sus murallas, ya que desde la Edad Media hasta la Guerra de los Balcanes sus baluartes han sido su mejor aliado y su garante de prosperidad comercial e independencia. Hoy, además, son su seña de identidad y su gran icono turístico. En total, suman casi dos kilómetros de trazado ininterrumpido que protege la ciudad tanto en su frente marítimo como en su interior. Además, está acompañada de otros elementos defensivos como son sus tres torres circulares, catorce cuadrangulares, catorce bastiones y el Fuerte Bokar, la casamata más antigua que se conserva en Europa. 

shutterstock 1071151778. Cartagena de Indias (Colombia)

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Cartagena de Indias (Colombia)

La historia de la colonización del Caribe fue una constante lucha de poder militar entre los virreinatos españoles y la amenaza de los corsarios del norte de Europa. Un toma y daca incesante que exigió que muchas ciudades costeras se vieran obligadas a levantar defensas contra estas incursiones. La más extensa y esplendorosa es la de Cartagena de Indias, una barrera de once kilómetros de extensión reforzada por baluartes y garitas que hoy es uno de los grandes encantos de esta urbe colombiana. No en vano, está protegida como Patrimonio de la Humanidad. 

shutterstock 1441256642. Mdina, Malta

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Mdina, Malta

La que fuera capital de la isla durante siglos hoy luce como una reluciente urbe amurallada gracias a las labores de reconstrucción y rehabilitación emprendidas a principios del siglo XXI. Un arduo trabajo que ha traído hasta nuestros días un complejo sistema defensivo en el que se mezcla la herencia de las defensas medievales con las construcciones llevadas a cabo por la Orden de San Juan en el siglo XVI. Hoy en día esta meseta urbanizada exhibe con orgullo su pasado y ha logrado que sus muros exteriores sean el mejor prólogo posible a sus callejuelas de piedra. 

iStock-1197265554. York (Reino Unido)

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York, Reino Unido

La historia dice que fueron los romanos quienes trazaron el recorrido de esta línea defensiva, aunque sus muros actuales datan del siglo XIII, cuando los vikingos reemplazaron las antiguas empalizadas de madera por murallas de piedra. Desde entonces, la ciudad ha crecido respetando los cinco kilómetros de barrera artificial cuya conservación solo se vio amenazada en el siglo XIX con la modernización e industrialización de la urbe. El clamor popular hizo que se respetara este símbolo arquitectónico y que hoy en día sea uno de los principales reclamos de esta urbe norteña. Especialmente icónicas son sus puertas y la parte de la muralla más cercana a la catedral, cuyo paseo entre almenas regala una de las estampas imprescindibles de la ciudad. 

iStock-502860640. Jerusalén

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Jerusalén

Su condición de Ciudad Santa (y codiciada) ha hecho que su historia esté ligada, también, a las luchas militares. Por eso no es de extrañar que su estampa esté protagonizada por imponentes murallas y puertas colosales que encierran los barrios más antiguos de esta urbe. Eso sí, las defensas actuales datan del siglo XVI, cuando el sultán Suleimán I decidió proteger con altos muros de 12 metros de media su plaza más preciada. Un total de ocho puertas siguen dando acceso hoy a la parte antigua donde las calles poco a poco se van convirtiendo en callejuelas laberínticas y las esbeltas torres parecen dividir dos presentes paralelos. 

iStock-1270529961. Bellinzona (Suiza)

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Bellinzona, Suiza

El conjunto monumental de la capital del cantón del Ticino está compuesto por tres castillos y una poderosa muralla con la que esta ciudad presume de un pasado esplendoroso. Construidos entre el siglo XIII y el XV, estos poderosos baluartes defendían el paso de San Gotardo, un importante camino montañoso que comunicaba ambas vertientes de los Alpes. Y, a su vez, la extensa y fértil ribera del río Ticino, que hacía de Bellinzona una perfecta ágora en la que convergían las riquezas de las montañas y de los comerciantes procedentes de Italia. 

iStock-1209017473. Kumbhalgarh, India

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Kumbhalgarh, India

Este imponente fuerte tiene el honor de estar protegido por la segunda muralla más extensa del planeta, solo superada por la Gran Muralla China. Un total de 36 kilómetros de torres de forma circular y portentosos muros que cobijaban a la familia del gobernante Rana Kumbha, cuyo poder se extendía por gran parte del actual Rajastán. Un baluarte que nunca fue tomado ni derruido, de ahí que sea el mejor testigo de una época fascinante llena de tensiones y de belleza. 

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Khiva, Carcasona, Ávila, Fez, Tallin y Pingyao han conservado a su alrededor murallas que en su día fueron inexugnables y que hoy conservan el valor de la historia, la belleza de su construcción y una gran importancia urbanística. Todas ellas se han convertido en un gran reclamo turístico, en una gran atracción para quienes desean contemplar cómo se defendían las grandes ciudades de los invasores que asediaban estas urbes debido, no solo a su situación estratégica, sino también porque todas ellas ejercían un enorme poder cultural y económico.