
Khiva, Carcasona, Ávila, Fez, Tallin y Pingyao han conservado a su alrededor murallas que en su día fueron inexugnables y que hoy conservan el valor de la historia, la belleza de su construcción y una gran importancia urbanística. Todas ellas se han convertido en un gran reclamo turístico, en una gran atracción para quienes desean contemplar cómo se defendían las grandes ciudades de los invasores que asediaban estas urbes debido, no solo a su situación estratégica, sino también porque todas ellas ejercían un enorme poder cultural y económico.