Las palabras pasaron desapercibidas, pero estaban a punto de provocar una polémica aireada por la prensa de la época en Estados Unidos: “El cristianismo se irá. Desaparecerá. No necesito discutir eso, tengo razón y voy a tener razón. Nosotros ahora somos más populares que Jesús, no sé qué se irá primero, si el rock and roll o el cristianismo”. Eso es lo que respondió John Lennon a la periodista Maureen Cleave en una entrevista realizada en marzo de 1966. Por entonces, la fama de los Beatles estaba fuera de toda duda. Tanto, que John Lennon se atrevió a compararse con Jesús al intentar hablar sobre el desapego de los jóvenes con respecto a la religión.
Pero tan solo unos pocos años antes, John, Paul, George y Ringo, eran solo unos jóvenes que enganchaban una actuación tras otra en ínfimos garitos de Edimburgo gracias al alcohol y alguna que otra pastilla de efecto incierto… Los cuatro fabulosos venían de las calles. Eran jóvenes que se habían criado en los suburbios de Liverpool, a orillas del río Mersey. Nadie habría apostado nada por ellos. Y sin embargo, alcanzaron la mayor de las famas. Tiempo después, la ciudad que los vio nacer mima su recuerdo. Saben que los Beatles, a pesar de que no fueran Jesucristo, han hecho de la ciudad el destino soñado de cualquier aficionado a la música. En cierto sentido, tal vez John Lennon no estuviera tan desencaminado con aquellas declaraciones. Después de todo, ellos también iban a ser inmortales.